¿Por qué Cristiano, por qué Zidane? Las preguntas que hoy intenta responder el fracasado Real Madrid

El Rey de la Champions ha muerto y parece que con ellos una generación de futbolistas que arrastró esta temporada todo el prestigio logrado en un lustro.

Karim Benzema, uno de los más señalados por el fracaso madridista. (AFP)

Mientras más alto estés, más dura es la caída. Esta noche el Real Madrid azotó en el inframundo del futbol víctima de su soberbia, de su impotencia, de su "Alzheimer" y de decisiones más viscerales que pensantes en el escritorio.

Cuatro Champions ganadas en cinco años devolvieron el mote de "Galáctico" a los Merengues. Una con Carlo Ancelotti y tres con Zinedine Zidane en el banquillo, el genio francés cuyo éxito inesperado como técnico quisieron replicar con Santiago Solari, pero "hasta entre los perros hay razas".

Hoy hay un entrenador precipitado que está rebasado por la historia, los blasones y la presión que significa ese banquillo, además de una plantilla en la que se cree que con los Reguilón, Vázquez o Nacho se puede pelear de tú a tú.

Pero si el Madrid extraña a Zidane, qué decir de Cristiano Ronaldo. Les arrebataron el alma -y los goles- cuando el portugués se marchó a Turín por no sentirse valorado en el equipo del que es el máximo goleador histórico y -para muchos- el mejor por encima de Di Stéfano, Raúl o Casillas.

Sí, Cristiano puede ser una "diva", engreído, soberbio, que no sabe manejar sus impulsos dentro y fuera de la cancha, que no tiene empacho en reclamar airadamente a sus compañeros e incluso no festejar goles ajenos, pero indudablemente que con él el Real Madrid era contendiente a todo. Hoy son meros animadores por historia, no por presente y futbol.

Tal vez la palabra "animadores" ya no aplique porque no les queda nada por qué pelear. A doce puntos del Barcelona en LaLiga cuando quedan 12 jornadas y eliminados en Semifinales de la Copa del Rey por su archirrival, pero el colmo es la Champions.

Al "gigante" no lo eliminó alguien de la misma envergadura. No fue el City de Guardiola, el PSG temible de Neymar-Mbappé-Cavani o la pesadilla catalana. Fue el Ajax, el equipo holandés que se desarma cada año por surtit a media Europa y que esta noche, con un puñado de talentosos y reboltosos -bien entendido el concepto-, le dio un paseo al Madrid, cuya casa quedó vacía a 20 minutos del final porque ni los más recalcitrantes aficionados creen en esta versión blanca.

Florentino Pérez difícilmente consolará el sueño y no solo por la pena de este martes. Por haber dejado ir a Cristiano, por ser tan soberbio que a CR7 le quiso suplir con un joven Mariano al que le pusieron una cruz en la espalda en forma de número 7; por creer que era más importante fichar a un portero "rimbombante" como Courtois para dejar en la banca al tantas noches héroe, Keylor Navas.

En la mente del presidente pasarán las palabras que supuestamente Zinedine Zidane le dijo sobre conservar a Cristi y dejar ir a Gareth Bale, el fracaso que el sábado se fue del Bernabéu antes de que acabara el Clásico. Por estar más preocupado en tener el estadio más moderno del mundo que en continuar edificando glorias con títulos y no con cemento y fibra óptica.

Hoy el Real Madrid es una vergüenza para su historia, es el peor del Siglo XXI por la inversión de plantilla, no es ni la sombra de lo que fue durante el último lustro, aunque parece que esas cuatro Champions le hicieron más daño que ayudarle, en especial a su presidente, al que su hinchada no se cansa de pedirle la dimisión.




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