Salsa macha: qué es, origen y cómo CONSERVARLA correctamente

La salsa macha es uno de los condimentos más representativos de la gastronomía mexicana. Se prepara con una base de chiles secos fritos en aceite, a los que se les agregan ingredientes como ajo, cacahuates, almendras, ajonjolí o pepitas. El resultado es una salsa aceitosa, crujiente y picante, con un sabor tostado que se ha ganado un lugar especial en tacos, carnes, mariscos e incluso como aderezo en platillos modernos como pizzas o ensaladas.

El nombre de esta salsa está relacionado con la intensidad de su picante. En el habla popular, “ser muy macho” se asocia a soportar lo fuerte, y en este caso se aplica al desafío que representa probarla en sus versiones más intensas.

¿Cuál es el origen de la salsa macha?

El origen de la salsa macha se ubica principalmente en el estado de Veracruz, aunque también existen variantes en regiones como Oaxaca y Puebla. Tradicionalmente, era una forma de conservar los chiles secos en aceite, lo que permitía aprovecharlos durante más tiempo. Con el paso de los años, se incorporaron semillas y frutos secos que le dieron un sabor más complejo y textura crujiente.

Hoy en día, la salsa macha es reconocida a nivel nacional e internacional como un ícono de la cocina mexicana, y su versatilidad la hace ideal para acompañar casi cualquier platillo.

¿Cómo conservar la salsa macha correctamente?

Una de las ventajas de la salsa macha es que, al estar elaborada con aceite, puede durar varias semanas si se almacena de forma adecuada. Para garantizar su frescura, es recomendable guardarla en frascos de vidrio esterilizados, procurando que todos los ingredientes sólidos queden bien cubiertos de aceite.

Lo más seguro es mantenerla en refrigeración, lo que asegura una duración de uno a dos meses en su versión casera. Además, es importante usar siempre cucharas limpias y secas para evitar la contaminación con humedad. De esta manera, podrás disfrutar de su sabor intenso durante más tiempo.

​

​

​

​

​