'Esta pista es un infierno'; la tortuosa relación de Senna con el Gran Premio de México

Senna estaba llamado a convertirse en un ídolo en México, pero optó por un camino distinto, así lo recordamos a 26 años de su fatal accidente.

Ayrton Senna volcó su McLaren en 1991 tras chocar en la curva peraltada.

La relación que tuvo Ayrton Senna con el Gran Premio de México, en específico con el Autódromo Hermanos Rodríguez, encontró un momento tranquilidad con el triunfo que logró en 1989 mas nunca hubo una buena relación. El brasileño, quien suele ser calificado como el mejor piloto de la historia de Fórmula 1, detestaba esta carrera y el público mexicano acabó haciendo lo propio con él.

Después de 16 años de ausencia, la Gran Carpa regresaba al país en 1986, solo uno después del terremoto que sacudió la Ciudad de México, y lo hizo con uno de los mejores elencos de pudiera presumir, con Senna y Alain Prost como las cartas fuertes. El latinoamericano era ya uno de los referentes y la afición del país le entregaba el corazón, sin embargo, la buena relación se acabó rápido. 

En 1986 el sudamericano logró colarse al podio en una pista que ciertamente no era la mejor, que tenía fuertes ondulaciones a lo largo de su trazado y que seguía con la llamada "curva peraltada", pero en 1987 el buen ánimo se empezó a resquebrajar, ya que no pudo continuar la carrera a bordo de su Lotus tras sufrir un despiste.

Iracundo, el brasileño descargó su furia con el oficial de pista, a quien empujó y pateó. Los oficiales intentaron infructuosamente retirar su auto de una zona peligrosa, pero el piloto deseaba continuar la carrera y al no poder hacerlo bajó del auto enfurecido, algo que le valió sus primeras mentadas.

Senna se transformó en McLaren

Para 1988 el piloto brasileño firmó con la poderosa escuadra de McLaren a recomendación del bicampeón Alain Prost —luego este se arrepentiría de haberlo hecho— y con ello sufrió una gran transformación. Aquel muchacho afable que un par de años atrás se presentó sonriente se había borrado para darle paso a una versión más fría que tenía fijo convertirse en el número 1, algo que lograría ese mismo año en el que fue el mejor piloto del mundo. 

En 1989, ya con una rivalidad con Prost en su punto máximo, lograría su primer triunfo en México, siendo su última gran tarde en el país, ya que en los años subsecuentes sufriría un par de accidentes importantes, uno muy aparatoso tras salir la "peraltada" que lo llevó a cargar contra el Hermanos Rodríguez como nadie lo había hecho.

"Sentí pánico"

El episodio que rompió con todo fue el que se vivió en la primera sesión de calificación en 1991, cuando Ayrton Senna se estrelló en la famosa curva peraltada. Al momento de intentar meter la sexta velocidad su McLaren se descontroló y acabó volteado, completamente destruido, aunque el piloto no sufrió problemas físicos.

En sus memorias, Senna, quien acabaría con el tercer puesto en la carrera del domingo, lo describió así: “Sentí pánico solo de pensar que la gasolina que se derramaba sobre mi espalda podría incendiarse. Estaba apretado, incapaz de moverme y tenía problemas para respirar. Fue como sacar un conejo de su madriguera". 

El accidente y las fuertes críticas que vertió obligaron a la organización mexicana a hacer modificaciones a la peraltada, aunque eso no evitó que sufriera un nuevo accidente en 1992, aunque esta vez en la llamada zona de "eses". 

En la primera práctica, el integrante de McLaren perdió el control de su bólido y fue a dar a la barrera de protección. Si bien no sufrió lesiones, el domingo se retiró en la primera vuelta por un problema en la transmisión de su auto y fue entonces cuando escupió toda su furia:

"Correr en México es verdaderamente peligroso. ¡Esta pista es un infierno! No es normal volver a esta pista año tras año sin realizar un mínimo de trabajo", siendo unas declaraciones que enmarcarían la última carrera de Fórmula 1 en el Autódromo Hermanos Rodríguez hasta 2015.

  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
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