Pudo ser una tragedia, no era mi destino; Checo recuerda el día jugando apretó el gatillo de una pistola

Checo era muy pequeño y jugando accionó una pistola en la oficina de su papá.

Checo jugaba en la oficina de su padre cuando ocurrió el incidente.

Cuando Sergio Pérez era muy pequeño todo su mundo era vivir en un ambiente lleno de cascos, karts, carreras, autódromos, independientemente de su amor por el futbol, pero había un lugar que era muy especial para Checo y donde podía pasar horas, la oficina de su papá, pero un día, en ese mismo sitio por curiosidad accionó una pistola, librando lo que pudo terminar en una tragedia.

Sus hermanos Paola y Toño Pérez recordaron el día que Checo encontró una pistola en la oficina de su papá Antonio Pérez Garibay donde pasaba horas jugando a que era un piloto de carreras.

"A Checo le gustaba mucho meterse a la oficina de mi papá porque había un maniquí de Adrián Fernández y se ponía en un mueble que tenía mi papá y simulaba que manejaba un auto. Lo escuchábamos y decíamos ¿Ya vieron a Checo? Lleva dos horas alucinando que Andretti, que ya chocó Tracy", narró Paola, la hermana mayor.

Pero un día, en ese mismo lugar había una pistola, pero no era la primera vez que la veía Checo, "Me platicaron que agarraba la pistola, la veía, jugaba con ella", agregó Toño, quien aseguró que ese día su hermano recibió un fuerte regaño.

El propio piloto de Red Bull contó años atrás que él mismo accionó el arma ya que le causaba cierta intriga.

"Le piqué a ver qué pasaba y disparó muy fuerte. Toda la oficina se espantó. Fue algo que pudo haber sido una tragedia, no era ese mi destino y gracias a Dios estoy aquí sano y salvo", narró Checo.

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