Basquetbolista griego golpea a árbitro en estacionamiento: 'Me pateó la cabeza, estaba loco'
En la Tercera División de la Liga Griega, un jugador del club Porphyra esperó al árbitro tras el partido para reventarle la cara a golpes.
No le gustó el trabajo del árbitro, su equipo perdió como local y a un jugador del club Porphyra de la Tercera División Griega de Baloncesto se le hizo fácil agredir al réferi en el estacionamiento, a quien tuvieron que trasladar a un hospital por la cantidad de golpes recibidos en el rostro.
De acuerdo al sitio Basket News, el árbitro Aleksandros Garandziotis era acompañado por un colega hacia sus respectivos vehículos cuando se percataron de la presencia del basquetbolista en el lote de estacionamiento, cuyo nombre no ha sido revelado porque ya hay una demanda judicial de por medio.
"Saliendo del estadio con el otro árbitro, nos dirigimos al lugar donde habíamos estacionado [el auto]. Allí veo que el jugador me estaba esperando en su auto. Apenas nos vio, salió y comenzó a maldecir hacia nosotros. Inmediatamente dio dos pasos hacia mí, mi colega trató de detenerlo, pero se escapó y comenzó a golpearme en la cara", dijo el agredido al salir de la clínica.
"Me alejé de él por un momento, pero él volvió con más odio y furia y siguió golpeándome en la cara. Luego me caí y mientras el compañero lo empujaba, él volvió y comenzó a patearme en la cabeza y cuerpo. Me las arreglé para levantarme para evitar más golpes y luego hizo su tercer ataque, arrancándome la camisa y continuando golpeándome. Todo esto duró unos cinco minutos", añadió.
Todo esto sucedió tras el juego entre Porphyra y Ilioupoli, ganado por los visitantes con marcador 60-69. Según los reportes, no hubo incidentes perceptibles durante el cotejo, pero está claro que uno de los jugadores perdió la cabeza.
El acompañante de Garandziotis fue quien acudió a la comisaría para levantar la denuncia correspondiente por lesiones. De acuerdo al referido medio, el jugador en cuestión ya fue despedido del Porphyra.
"Nunca antes había conocido a este atleta en particular en un partido. Durante el partido, a pesar de las amenazas que me susurró, no quería estropear el ambiente del partido y no lo castigué con una falta técnica. En algún momento, se detuvo y el colega le preguntó '¿Qué entendiste de lo que hiciste?'. Él respondió: 'Al menos me demandarán', se subió al auto y se fue", concluyó.