Brittney Griner: la estrella de la WNBA presa en Rusia y condenada a nueve años

En febrero viajó a Moscú con dos cartuchos de vaporizador que contenían aceite de hachís; ahora lucha por su libertad en medio de un conflicto bélico.

Está buscando salir de prisión, pero la situación es complicada.

Sentenciada a nueve años de cárcel y una multa que ronda los 16 mil 700 dólares por delitos de posesión y trasiego de drogas en Rusia, la estadunidense Brittney Griner (Houston; 18 de octubre, 1990) fue una jugadora destinada al éxito, apenas tomó la pelota, y todo gracias a su impresionante físico -2.03 metros de altura- y su magnética personalidad.

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La texana nació con un don y lo aprovechó. Brittney se acostumbró a romper récords, maltratar canastas, rivales y cosechar campeonatos. En su etapa de colegial su gran desempeño le valió estar en el radar de los Mavericks de Dallas de la NBA, lo que pudo ser un hito para el deporte en Estados Unidos.

“Si ella es la mejor en el tablero, la tomaré”, aseguró Mark Cuban, dueño de los Mavs (abril, 2013), en palabras que no fueron más allá; Griner se convirtió en una de las mejores jugadoras de su generación, ganadora de oros (Río 2016 y Tokio 2020), un talento que despego con le conquista del campeonato de Phoenix Mercury en 2014.

Griner despegó en su tercer año en la NCAA

Griner comenzó a jugar baloncesto en Nimitz High School en Houston, un colegio público en el que había pocos estudiantes anglosajones, dominado por afroamericanos y latinos; por sus características físicas, Brittney tuvo que jugar con hombres, especialmente en su segundo año. Un buen entrenamiento para destacarse en el equipo de mujeres.

Fue ahí donde empezó a consolidar su rol de líder, ya que gracias a ella las Nimitz Cougars lograron disputar la Final estatal -que perdieron-, pero la vitrina se abrió y fue reclutada por la Universidad de Baylor, una de las mejores de Estados Unidos.

En su primer año, Griner fue la mejor bloqueadora de tiros de la NCAA, sumó 223 en la temporada; además, sorprendió al ser apenas la segunda jugadora en clavar el balón más de una vez en un solo partido -anteriormente solo lo hizo Candace Parker en 19 de marzo de 2005-.


Fue tercer año sería el más completo. Comandó a Baylor a que lograra el campeonato con registro perfecto de 40-0, el cual puso en debate cuál era el mejor equipo de la historia de la organización; por igual fue reconocida como Jugadora del Año de Associated Press con promedio de 23,2 puntos, 9,4 rebotes y 5 tapones.

Griner y la lucha por la sexualidad

En el año 2013, Griner se convirtió en la primera selección de Phoenix Mercury, luego que el interés de los Mavs se diluyó; aunque su arribo al profesionalismo vino acompañado por la exposición mediática de su sexualidad, por una entrevista que concedió a Spors Illustrated.

En su primer año se consolidó como estrella de la WNBA y aprovechó los reflectores para hablar de sus experiencias de niña, cuando era víctima de bullying, tanto por su físico como por su preferencia sexual; confirmó sus ideas en las memorias que compartió en el 2014, a las que llamó "In My Skin: My Life on and Off the Basketball Court" (En Mi piel: Mi vida dentro y fuera de la cancha de baloncesto").

Su valiente postura le valió que Nike la adoptara como una de sus imágenes y en lo deportivo logró el título, con registro de 28-5, la mayor cantidad de victorias en la historia de la WNBA.

Rusia, aventura, dinero e inesperado final

Desde el 2014, Griner acostumbró a viajar a Rusia para jugar con el UMMC Ekaterinburg de ese país, convirtiéndose en una más de las jugadoras estadounidenses que optaron por emigrar en la temporada baja de la WNBA, en busca de mejores condiciones económicas.

Las jugadoras del organismo femenil de basquetbol estadounidense tienen un salario máximo de 228 mil 094 dólares por año, cifra sustancialmente más baja a las que paga la NBA –el mejor pagado en 2022: Stephen Curry, 48 mdd–.

De acuerdo con la BBC inglesa, la deportista texana ganaba un millón de dólares anuales en el UMMC Ekaterinburg; es decir, más de cuatro veces de su mejor salario en Phoenix, así que alternar con el equipo de Rusia se hizo una necesidad.

El sueño que se transformó en pesadilla

Su rica carrera fue frenada por una equivocación. Viajó a Moscú con dos cartuchos de vaporizador que contenían aceite de hachís, sustancia que fue identificada por dos perros amaestrados en el aeropuerto Sheremetyevo. Eso desencadenó en su detención.


Durante seis meses afrontó un proceso judicial. Finalmente un tribunal la declaró el jueves culpable de contrabando de drogas y la sentenció a nueve años de prisión, situación que acabó por eclipsar su desempeño y tensó aún más las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, país que la ha llenado de promesas de ayuda, pero que nada ha logrado hasta el momento. Todo en medio del conflicto bélico que en que ambos países están inmiscuidos en Ucrania.

“Quiero disculparme con mis compañeros de equipo, mi club, mis fanáticos y la ciudad de Ekaterimburgo, por el error que cometí y la vergüenza que les causé. También quiero disculparme con mis padres, mis hermanos, la organización Phoenix Mercury, las increíbles mujeres de la WNBA y mi increíble cónyuge en casa”, dijo Brittney Griner, solo amarrada a la esperanza de que sea parte de un intercambio por presos rusos para recuperar su libertad y continuar con una carrera, que a pesar de todo no se detendrá ahí.
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