A Tigres se le apareció el 'chamuco' y vivió un 'infierno' en el Fray Nano
Los Diablos Rojos ganaron 2-1 el primero de la serie ante Quintana Roo en la LMB
Estadio Fray Nano /
Henry Urrutia se voló la barda y Carlos Corporán mandó a Iván Terrazas a la caja registradora para que Diablos Rojos le hiciera la ‘maldad’ a su odiado rival Tigres. La ‘Ex Guerra Civil’ vivió su primer capítulo en el Estadio Fray Nano y fue el México quien se llevó la victoria 2-1 sobre Quintana Roo.
Al clásico de la Liga Mexicana de Beisbol ambos llegaban en disputa por ocupar el segundo peldaño de la Zona Sur. Pero ese juego y medio de distancia de los felinos sobre los pingos, no era ni cerca de ser tan tensa como la relación entre los aficionados de ambos equipos.
La rivalidad se hizo sentir en las tribunas desde el grito de “¡Playball!”, pues más allá de que Tigres se mudaran en 2002 de la capital mexicana, su fiel afición ha sabido aprovechar oportunidades como la de esta noche para acudir puntualmente a apoyarlos.
Luego de tres entradas y media completadas con par de roscas en la pizarra, un fierrazo de Urrutia mandó la pelota a guardar del otro lado de la cerca ante la mirada atónita de Jesse Estrada, quien a la postre cargaría con la derrota.
José Amador acercó al felino en la baja de la sexta y luego de un elevado de sacrifico de Fabián Anguamea, pero no fue suficiente. Los pingos se llevaron el primero de la serie y se acercaron a un juego de su odiado rival.
Luis Alonso Mendoza (1-0) se colgó su primera victoria de la temporada gracias a un trabajo de cinco entradas, mismas en las que ponchó a dos hombres y no permitió carrera, para convertirse en uno de los héroes en la primera gesta diabólica de la ‘Guerra de Guerras’.
Al clásico de la Liga Mexicana de Beisbol ambos llegaban en disputa por ocupar el segundo peldaño de la Zona Sur. Pero ese juego y medio de distancia de los felinos sobre los pingos, no era ni cerca de ser tan tensa como la relación entre los aficionados de ambos equipos.
La rivalidad se hizo sentir en las tribunas desde el grito de “¡Playball!”, pues más allá de que Tigres se mudaran en 2002 de la capital mexicana, su fiel afición ha sabido aprovechar oportunidades como la de esta noche para acudir puntualmente a apoyarlos.
Luego de tres entradas y media completadas con par de roscas en la pizarra, un fierrazo de Urrutia mandó la pelota a guardar del otro lado de la cerca ante la mirada atónita de Jesse Estrada, quien a la postre cargaría con la derrota.
José Amador acercó al felino en la baja de la sexta y luego de un elevado de sacrifico de Fabián Anguamea, pero no fue suficiente. Los pingos se llevaron el primero de la serie y se acercaron a un juego de su odiado rival.
Luis Alonso Mendoza (1-0) se colgó su primera victoria de la temporada gracias a un trabajo de cinco entradas, mismas en las que ponchó a dos hombres y no permitió carrera, para convertirse en uno de los héroes en la primera gesta diabólica de la ‘Guerra de Guerras’.