Benjamín Gil: “Soñábamos con un ‘boom’, pero no con esa magnitud”

Anuario 2023

México consiguió un histórico tercer lugar en el Clásico Mundial y el manejador de ese equipo nos cuenta los secretos de la concentración

Benjamín Gil comandó a México a un histórico tercer lugar del Clásico Mundial (Foto: Especial)

El mes de marzo quedará para siempre guardado en la historia del deporte mexicano. Con una selección que sorprendió a propios y extraños, México realizó su mejor actuación en el Clásico Mundial de Beisbol al ubicarse en un inédito tercer lugar y consagrarse como el gran animador del evento de selecciones más importante del planeta.

El manejador de este equipo fue Benjamín Gil, quien con su experiencia en Grandes Ligas como coach de banca de Angels conformó un roster que incluyó a algunos peloteros nacidos en Estados Unidos e incluso nacionalizados, pero que tenían algo en común: el amor por México.

“Les hicimos ver lo que podía crecer el beisbol en México y lo comprendieron. Teníamos algunos integrantes que nacieron y se criaron en Estados Unidos, les hicimos ver los sacrificios que hicieron sus familiares para llegar a EU para darles una mejor vida, como muchos paisanos lo hacen. Era la mejor manera de representar a esas personas, así que dieron todo por ellos y México”.

Fue así como se conformó un equipo con nombres que quedarán marcados para siempre. Con experiencia en MLB, peloteros como Rowdy Téllez, Alan Trejo, Luis Urías, Randy Arozarena, Joey Meneses, Alex Verdugo, Giovanny Gallgos, Patrick Sandoval, Julio Urías y José Urquidy se unieron al talento de los que destacaban en las ligas mexicanas como Roberto Valenzuela, José Cardona y Alexis Wilson.

Por ello, el primer día en Phoenix, previo al debut, hicieron una convivencia para que todos se conocieran.

Eran muchas personalidades y poco tiempo.

“Algunas cosas se hicieron y otras solo se dieron”, recordó Gil en entrevista en Guadalajara. “Estábamos en EU pero el ambiente era mexicano: los sombreros de charro, la música que se tocaba, antes y después de los partidos consumimos comida típica mexicana. Entonces, el jugador mexicano nacido en México arropó al nacido en EU, que a lo mejor no hablaban el idioma, pero los hicieron sentir como parte de la familia; y el jugador americano, que estaba establecido en las Mayores, arropó también a los que venían de México. Hicimos una familia en muy poco tiempo gracias a los grandes seres humanos que son”.

El mánager jamás imaginó todo el apoyo que tendrían durante las casi dos semanas. “Soñábamos con que sucediera un ‘boom’, pero sinceramente no con esa magnitud. La afición mexicana en el deporte es de las más importantes en el mundo, no es solo en futbol, boxeo o beisbol, en todos, porque es apoyar al paisano que está representando a México. Fue inimaginable”.

Pero como en toda gran historia, hay momentos tensos. En el debut, México cayó 5-6 con Colombia y complicó su pase a la siguiente ronda. Las críticas llegaron, pero Gil sabía que harían grandes cosas.

“Fue complicado perder el primer juego, porque lo hicimos bien, simplemente no nos dio el beisbol, y se lo dije a los jugadores: ‘Si ustedes siguen jugando de esta forma, vamos a llegar lejos’. Desde el juego de exhibición contra Rockies y después ante Colombia, a pesar de haber perdido, sabía que teníamos un gran equipo que iba a despegar”. Y así fue.

En el siguiente duelo y al borde de la eliminación, México sorprendió al mundo y con una demostración de poder le ganó 11-5 a la superpotencia en su propia casa: Estados Unidos. El avión había tomado vuelo.

Siguieron triunfos consecutivos ante Gran Bretaña (2-1) y Canadá (10-3), resultados que pusieron a México como líder del grupo C, por encima de EU.

En la fase final, el equipo se enfrentó al potente Puerto Rico, que apenas en el primer inning maltrató con cuatro carreras al estelar Julio Urías, pero con gran trabajo en equipo, la selección logró remontar y aguantar los embates rivales, quedando para siempre imágenes para el recuerdo como la salvada de Arozarena sobre la barda para evitar un jonrón en el octavo capítulo que hubiera sido fatídico. México lo ganó 5-4, avanzó a semifinales y tenía los ojos del mundo observándolo.

En semifinales el rival no podía ser otro que el increíble Japón liderado por Shohei Ohtani.

México tuvo la ventaja de 3-0, pero en el último tercio del juego se complicó. Japón empató en la séptima entrada con jonrón de Yoshida, los de Gil retomaron la ventaja en la octava y en la novena llegó tal vez el momento más infartante del Mundial: Munetaka Murakami maltrató al cerrador Gallegos y en los pies de Ohtani y Yoshida los nipones dejaron tendidos a los mexicanos.

“El momento más difícil del torneo fue el jonrón de Yoshida, había dos outs, fue el batazo que cambió todo, doy el crédito a Japón, es un tremendo equipo, quedó invicto, pero de un 5-0 ya no se recuperaban”.

Japón se enfrentó en la gran final a Estados Unidos, a quien derrotó, pero México se fue con la cara en alto, sabía que la misión fue cumplida.

“Quedamos en tercer lugar pero sinceramente se podría argumentar que fuimos el segundo mejor equipo, nadie tuvo contra las cuerdas a Japón como lo tuvimos nosotros, y quien quedó en segundo lugar fue Estados Unidos que en el enfrentamiento contra ellos ganamos ampliamente”, afirma Gil.


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