Cantinflas, el guiño de México al Mundo en los Juegos Olímpicos de 1968

Presente en la Ceremonia de Inauguración, el cómico recibió una de las ovaciones más estruendosas de un pueblo que lo adoraba.

Cantinflas estuvo ligado a los Juegos Olímpicos de 1968.

Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, popular con el pseudónimo de “Cantinflas”, fue una de las grandes personalidades de México en el Siglo XX gracias a la carrera que desarrolló como cómico, la cual lo colocó en los escenarios más selectos en el país y lo llevó a enrolarse con los círculos más influyentes de la sociedad, además de meterse muy dentro en el cariño de un pueblo que lo idolatró como a pocos.

Fantástico en su labor, incluso catalogado como “el Chaplin Mexicano” por su capacidad interpretativa, Cantinflas se convirtió, gracias a ese arraigo e irremediablemente, en una figura imprescindible para gobiernos mexicanos que se apoyaron en su figura para adentrarse en las clases populares y también, como ocurrió en 1968, para ganar respaldo en un momento álgido, en el que el mundo entero volteaba al país por el desarrollo de los Juegos Olímpicos.

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“Cantinflas”, cercano al poder

Quienes vivieron en el país cuando "Cantinflas" se encontraba en la cumbre suelen recordar que cada que había elecciones presidenciales solía ser votado a pesar de que nunca apareció su nombre en alguna papeleta, y también rememoran que el Partido Revolucionario Institucional supo aprovecharlo, al grado de que se convirtió en uno de sus más influyentes promotores, lo que quedó asentado en investigaciones oficiales.

Documentos desclasificados de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) pusieron en evidencia la participación de Mario Moreno en un documental llamado ‘Jornada Cívica’, en el que sutilmente apareció para recomendar a votar por dicho partido, aunque fue un escrito de la Presidencia de Gustavo Díaz Ordaz de 1965, que difundió el periodista Juan Veledíaz, el más esclarecedor, ya que ahí se reveló su cercanía con el mandatario.

“Gustavo Díaz Ordaz, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en uso de la facultad que le confiere la Fracción II del Artículo 89 de la Constitución Política del país, y en atención a su calidad de mexicano distinguido, ha tenido a bien designarlo Consejero de la Presidencia de la República”, se lee la investigación de Veledíaz, que retomó Luis Guillermo Hernández en una publicación para Eme Equis en 2014. 

Los spots rumbo a los Juegos Olímpicos y su presencia en la Inauguración

Rescatados por la Filmoteca de la UNAM, a inicios de la presente década se difundieron los cuatro anuncios en los que Cantinflas participó para tratar de enaltecer la realización de los Juegos Olímpicos, con las cuales se buscó demostrar al mundo que México estaba listo para recibir un evento de esa envergadura, con un énfasis en el civismo y seguridad.

Con ese complejo contexto, Cinematografía del Comité Mexicano Organizador de los Juegos Olímpicos definió que interpretara al Patrullero 777, quien en los trabajos detiene a un hippie, un taxista abusivo, aficionados que pelean en el Estadio Azteca y a una mujer que tiró basura en las calles. La intención sólo fue ofrecer la mejor cara del país posible.

Por todo lo anterior, no resultó extraño que se diera su aparición en el Estadio Universitario en la ceremonia de Inauguración de 12 de octubre de 1968, presencia que desató un gran interés entre los aficionados que, entre ovaciones, reconocieron su grandeza. Era un guiño de México para el mundo, uno de los más hermosos que podría ofrecer, y así quedó registrado en la historia.


Así lo narró La Afición

El periodista Jorge Ventura detalló la presencia de Mario Moreno “Cantinflas” en el Estadio Universitario, la cual fue bienvenida por los presentes, ya que se trataba de una de las figuras más emblemáticas que México podría ofrecer como carta de presentación.

"La primera ovación ¡para Cantinflas!


Ahí estaba


Si su genio podría estamparse en una bandera, debía de estar en lo más alto de cualquiera de los cien mástiles del estadio. Si su comicidad pudiera inflarse en un gigantesco globo multicolor, se habría elevado junto con los aros olímpicos… Pero “Cantinflas” sigue siendo el gran personaje de México. Y estaba ahí, pegado al cemento de la tribuna, aunque rodeado por ese pueblo del cual es “diputado” sin necesidad de votación.


¿Y cómo no iba a estar? Si como dijo el propio Brundage: “Éste es un día de triunfo para México”. Y en plena fiesta nacional donde México se ofreció al mundo, el mejor embajador de la gente, del ingenio, de la picardía, de la cordialidad y de la idiosincrasia de México, ¡no podía faltar!


Presencia obligada. Y clamorosamente aceptada. Tuvo que levantarse para acabar con el anonimado de escasos segundos y devolver con la diestra en alto las porras que caían desde el segundo, que se fueron reproduciendo como reguero de pólvora en rededor y ue atrajeron a decenas de fotógrafos de varias partes de “ese” mundo donde “Cantinflas” es simplemente… México


Fue la ovación matutina. La primera de la inolvidable jornada. Cuando todavía no se levantaba el descomunal telón del desfile y los Juegos. Quizá porque “Cantinflas” no precisa escenario ni telón. Estando él, el teatro del humorismo ya está montado, el mensaje de optimismo ya está logrado. Además, estando él puede decirse que ayer, en el más grande día de la historia deportiva de México, que es como decir ‘del pueblo no faltó nadie’".


Con información de Fototeca Milenio/ María Martínez


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