Jesse Owens, el afroamericano que brilló en Berlín 1936 con Hitler como espectador

Una de las grandes leyendas de los Juegos Olímpicos es el estadounidense Jesse Owens, quien se colgó cuatro medallas de Oro hace 85 años en Alemania.

Jesse Owens conquistó cuatro medallas de Oro en Berlín 1936 (AFP)

Si se trata de hablar de un representante digno de los valores olímpicos, sin duda uno de los deportistas que merece este reconocimiento es el gran Jesse Owens, atleta estadounidense de origen afroamericano que escribió su nombre en el olimpo en Berlín 1936, cuando derrumbó la teoría de la supremacía de la 'raza aria' que sostenía la Alemania nazi de Adolf Hitler.

James Cleveland 'Jesse' Owens nació en Oakville, Alabama, el 12 de septiembre de 1913 y fue durante su paso por el instituto Fairview Junior High cuando comenzó su carrera en el atletismo, etapa en la que fue entrenado por Charles Riley y que no fue nada sencilla para Owens, pues entrenaba antes de tomar clases, ya que por la tarde trabajaba arreglando zapatos.

'El Antílope de Ébano', como también era conocido Owens, comenzó a destacar en las pistas de los Estados Unidos en 1933, año en el que logró batir el récord mundial de salto de longitud para estudiantes de secundaria, con una marca de 7.55 metros, e igualó el récord mundial en 100 metros lisos con una marca de 10.4 segundos.

Sin embargo, la leyenda de este atleta aumentó un año después, cuando en sólo 45 minutos Jesse logró establecer tres récords mundiales e igualar un cuarto en la Big Ten Conference (una competición universitaria)

Berlín 1936, oro en territorio nazi

1936 fue el año en el que el mundo entero conoció al gran Jesse Owens, quien viajó a la Alemania liderada por Adolf Hitler para representar a los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, evento en el que por supuesto se esperaba que la que llamada 'raza aria' mostrar su supremacía en todos los deportes.


Durante la justa, Owens logró mostrar su fortaleza y talento al colgarse cuatro preseas doradas tras ganar los 100m en 10.30 segundos; los 200m en 20.70 segundos; el salto de longitud, con un salto de 8.06 metros y en los relevos 4x100m, en donde el equipo estadounidense estableció un nuevo récord mundial de 39.80 segundos.

Aunque los cuatro Oros que conquistó Jesse fueron muy importantes, el de salto con longitud fue más que especial, ya que el afroamericano superó al alemán Luz Long, la gran esperanza del Hitler y quien pese a ser rival del estadounidense se dio tiempo de aconsejarlo para tener un mejor salto.

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Cabe destacar que el récord de los cuatro oros Olímpicos que conquistó Owen en 1936 no fue igualado hasta Los Ángeles 1984, cuando el estadounidense Carl Lewis logró lo mismo que Jesse. 

El racismo, su otra gran lucha

Los logros deportivos que conquistó Owens en Berlín 1936 no fue lo único que se recuerda de aquellos Juegos Olímpicos, ya que en la misma justa veraniega Adolf Hitler se negó a darle la mano al estadounidense durante la entrega de medallas sólo por ser afroamericano.

Sin embargo, no todo fue tan malo para el atleta, ya que pese al desaire del Führer, los alemanes reconocieron su hazaña y muchos de ellos lo felicitaron y hasta le pidieron autógrafos. Cabe destacar que los supremacistas de la Alemania nazi le permitieron quedarse en el mismo hotel y mezclarse con otros atletas, algo que no pasó en su país natal.


Aunque se podría pensar que a su regreso a los Estados Unidos Jesse sería reconocido por lo que logró en la pista de Berlín 1936, la realidad es que pasó todo lo contrario, ya que el presidente Franklin Delano Roosevelt jamás lo recibió en la Casa Blanca ni le envió una felicitación por escrito.

'El Antílope de Ébano' murió el 31 de marzo de 1980 a la edad de 66 años a consecuencia de un tipo de cáncer de pulmón extremadamente agresivo y resistente a los medicamentos, el cual se le generó por la adición al tabaco que tenía.

Aunque la vida de Jesse Owens estuvo marcada por el racismo, este gran hombre demostró durante los Juegos Olímpicos que no importa la raza, color de piel o país de origen de un atleta para demostrar su calidad como deportista y ser humano.


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