México 68 y la Sudáfrica racista; un boicot puso los Juegos al borde del fracaso
El Comité Organizador mexicano aprovechó hasta a Cantinflas para impedir la invitación a Sudáfrica, cuya presencia habría llevado a más de 40 países a boicotear los Juegos.
La segregación racial en Sudáfrica llegaba al extremo en el que un periódico dirigido a la población negra podía anunciar un jabón multiusos: para trapear, lavar la ropa y bañar al bebé.
Era el país del Apartheid y el símbolo de la discordia en los preparativos de los Juegos Olímpicos de México 68 que este viernes cumplen 50 años de inaugurados gracias a que el presidente del Comité Organizador local, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, aprovechó incluso a Cantinflas para disuadir al Comité Olímpico Internacional de invitar a la nación sudafricana.
El hijo de Ramírez Vázquez, Javier Ramírez Campuzano, asegura que México dignificó el movimiento olímpico porque la asistencia de Sudáfrica habría significado la declinación de más de 40 países, entre ellos la Unión Soviética, casi toda África y los atletas afroamericanos de Estados Unidos.
“Si nosotros hubiéramos organizado los Juegos como ellos (el COI) querían, hubiera sido un fracaso total. El COI ya había mandado una carta al Comité Organizador de que se debía invitar a Sudáfrica”, recordó a Mediotiempo.
“Y Pedro Ramírez Vázquez se negó, no abiertamente, simplemente no acusó recibo y México logró que el Comité Olímpico Internacional se echara para atrás de su propio error, así que bastante nos debe el movimiento olímpico a México”.
El apoyo mexicano al boicot internacional tuvo tintes novelísticos. Cuando el COI avisó a México que Sudáfrica tenía que ser invitado erró en el destinatario, pues envió la carta al Comité Olímpico Mexicano y no al Comité Organizador.
Ramírez Vázquez respondió aclarando el punto pero mediante una carta que deliberadamente mandó por correo ordinario para ganar tiempo. Eso le permitió cabildear con los miembros del Comité Ejecutivo del COI para convencerlos de prescindir de Sudáfrica.
Ese país había garantizado que acudiría con una delegación mixta, pero Ramírez Campuzano asegura que solo el 10 por ciento de sus integrantes iba a ser de raza negra “para camuflajear” su régimen racista, mismo que terminó hasta 1991 como parte de la lucha de Nelson Mandela.
INCLUIR EL TENIS, AYUDAR CON CANTINFLAS
Giorgio de Stefani era el presidente de la Federación Internacional de Tenis y miembro del Comité Ejecutivo del COI. Pero el tenis había dejado de ser deporte olímpico en 1924. La situación fue aprovechada por Ramírez Vázquez, quien le prometió al italiano que en México 68 podrían hacerlo deporte de exhibición, a condición de que votara contra Sudáfrica.
Otro ejemplo de la estrategia fue con el irlandés también miembro del Comité Ejecutivo del COI, Michael Morris, también conocido como Lord Killanin, quien era distribuidor de la empresa cinematográfica Columbia.
“Emilio Rabasa (director del Banco Cinematográfico de México) habla a la Columbia, a Los Ángeles y les dice ‘les damos la distribución de la película oficial’ (de los Juegos). Tenían alguna dificultad, alguna diferencia con Cantinflas”, recordó Ramírez Campuzano.
“Y les dijo ‘les ayudamos a solventar sus diferencias con Cantinflas pero que tu representante en Irlanda se eche para atrás en su decisión’. Él (Killanin) ya había dicho que no se echaba para atrás y pues se echó para atrás, entonces con cada uno”.
‘LA AUTORIDAD MORAL EL COI SE LA DEBE A MÉXICO’
Al verse en desventaja, el presidente del COI, Avery Brundage, exhortó al resto de los miembros del Comité Ejecutivo a votar contra la participación sudafricana de manera unánime para no reflejar divisiones al interior.
“México, manejando intereses de cada uno de los miembros de la Comisión Ejecutiva logra que se echen para atrás en su decisión, que rectifiquen y que en abril del 68 se manifiesten en favor de que Sudáfrica no debe ser invitada”, añadió Ramírez Campuzano.
“Se dice de manera breve, pero detrás de todo esto hubo toda una estrategia. Si a un país le debe (el COI) es a México. Le debe a Grecia, cuna de los Juegos, estoy de acuerdo, y le deberá a Suiza porque ahí está su sede, pero autoridad moral se la debe a México”.
En el despacho de Ramírez Vázquez, un auténtico museo que administra Ramírez Campuzano, está la elegante invitación a Sudáfrica, empastada, cubierta con una bolsa de tela, con el mensaje en español, francés e inglés, pero que nunca llegó a su destinatario.
“El Comité Organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada, de acuerdo con el Comité Olímpico Internacional, tiene el honor de invitar a ustedes a participar en las competencias y festejos que tendrán lugar en México del 12 al 27 de octubre de 1968”.
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