DeAndre Hopkins, la estrella NFL cuya madre quedó ciega en una pelea de celos con ácido
DeAndre Hopkins es el mejor receptor de la NFL, pero su vida ha estado marcada por tragedias, entre ellas la ceguera de su mamá porque le arrojaron ácido.
DeAndre Hopkins es una megaestrella de la NFL, pero detrás de él hay una historia desgarradora de supervivencia al quedarse sin su padre cuando era niño y una desconocida marcó de por vida a su madre quitándole la dicha de poder ver a su pequeño a diario.
El jugador que por siete años estuvo con los Houston Texans y para 2020 vestirá los colores de los Arizona Cardinals siempre tuvo en primera fila del NRG Stadium a su madre, Sabrina Greenlee, quien pese a jamás poder verlo en el campo es su aficionada número uno.
Pero ¿por qué no puede verlo? La señora quedó ciega luego de que una mujer le arrojó ácido al rostro, dañando permanentemente su visión, la desfiguró y pasó semanas en coma.
"No puedo verlo, pero imagino todo lo que hace y cómo es. Desde sus rastas, su piel morena y sus grandes jugadas en la NFL, ese es mi bebé", contó la Sra. Greenlee a ESPN en una entrevista.
La depresión casi la llevó a la muerte, se negó a salir de casa por meses y pese a 20 cirugías para intentar recuperar algo de visión, los esfuerzos fueron en vano. Sin embargo, fueron sus hijos quienes la sacaron adelante, entre ellos Nuk (apodo de DeAndre Hopkins), quien gracias a su carrera exitosa como colegial y en la NFL le dio una razón para seguir adelante.
La tradición de Hopkins con su mamá
Una de las celebraciones más entrañables en la NFL es protagonizada por DeAndre Hopkins, quien durante los años que jugó con Houston regaló cada balón de anotación a su madre en el estadio.
Un padre narcotraficante
Las tragedias no se limitan a su madre, ya que su padre fue un narcotraficante que murió en un accidente automovilístico cuando DeAndre apenas tenía 6 años y de quien prácticamente no tiene recuerdos.
Entre sus pocas memorias de la infancia, aún cuando su padre ya no estaba, era ver a su madre vendiendo droga al menudeo en casa para intentar llevar algo de dinero, pues para ese momento ya había sido víctima del arranque de celos de una mujer a la que condenaron a 20 años de prisión por intento de homicidio.
"Yo le pedía que no me llevara a casa, es triste que tu hogar es donde menos seguro te sientes pero así viví", contó Hopkins a ESPN.
El talento de su hijo va más allá del emparrillado
Hopkins ha hecho labor social y acude a las escuelas para hablar de su pasado y sus esfuerzos para erradicar la violencia de género para prevenir más casos como el de su madre que nunca le falla desde la tribuna.