Lawrence Taylor, las dos caras del 'mejor defensivo' en la historia de la NFL
El linebacker de los New York Giants fue un fuera de serie y protagonista tanto dentro como fuera de los emparrillados de la NFL.
Lawrence Taylor está, sin lugar a dudas, dentro de la conversación de los mejores defensivos en la historia de la NFL (sino es que el mejor). La definición de ser dominante dentro del terreno de juego y un competidor incansable. Sin embargo, no todo el público conoce las dos caras de este miembro del Salón de la Fama, pues su carrera está manchada por sus acciones.
¿Quién es Lawrence Taylor?
Originario de Williamsburg, Virginia, L.T. no jugó futbol americano sino hasta los 15 años de edad, motivo por el cual no llamó mucho la atención de la mayoría de las universidades estadounidenses. Sin embargo, rápidamente logró convertirse en un "cazador de cabezas" para ser elegido por los New York Giants con la segunda selección global del Draft de 1981.
Sin embargo, se estima que Taylor originalmente no quería ir a Nueva York, ya que quería ser parte de los Dallas Cowboys, no obstante, terminó jugando toda su carrera con los G-Men (13 temporadas). Tuvo una de las mejores temporadas de novato en la historia de la liga con 133 tackleos, 9.5 sacks, y dos fumbles forzados que le otorgaron el premio de Novato del Año y Mejor Jugador Defensivo del Año (el único en conseguirlo).
Lawrence Taylor cambió la NFL por su ferocidad para capturar quarterbacks, manteniendo a los headcoaches elaborando estrategias completas para detenerlo. Fue nombrado All-Pro en sus primeras nueve campañas, 10 Pro Bowls, lidero a su equipo a ganar dos títulos de Super Bowl y fue nombrado MVP en 1986 (último jugador defensivo en ganarlo).
No obstante, la vida de Taylor fuera del terreno de juego fue sumamente problemática. Era adicto a la cocaína, misma que le ocasionó una suspensión de la NFL en 1988. Fue arrestado en más de una ocasión y él mismo llegó a revelar que utilizaba drogas para mejorar su rendimiento dentro del terreno de juego. Logró evadir los controles de la liga gracias a que sus compañeros le regalaban orina para los exámenes.
Sumado a esto, en mayo de 2010 fue arrestado, bajo solicitud de una prostituta, por haber violado sexualmente a una chica de 16 años en un hotel de Suffern, Nueva York. En 2011, se declaró culpable por conducta sexual inapropiada, fue sentenciado a seis años bajo probación, manchando así una de las carreras más legendarias de un jugador de la NFL.