América gozó plena localía; afición chiva pasó incomodidades
América gozó plena localía; afición chiva pasó incomodidades

Como para desgastar al rival, en el Estadio Azteca fue tan riguroso el control del visitante que la afición chiva debió pasar hasta tres filtros de seguridad e invertir una hora para llegar a su asiento del Clásico.
Claramente minoría porque desde la venta de boletos debieron esperar, los fanáticos del Guadalajara no pudieron sentirse en casa.
"Llevamos una hora formados ¿de qué se trata?", cuestionó un tradicional aficionado de Chivas, de la tercera edad y ya fastidiado sin siquiera haber visto la cancha.
Para todos ellos fueron habilitados solo dos accesos a los que parecía una odisea llegar. Primero debían entrar por el estacionamiento de Avenida del Imán y encontrarse con un riguroso control de seguridad, alumbrado con potentes reflectores y delimitado por decenas de autobuses de la Secretaría de Seguridad Pública, con policías en sus techos para robustecer la vigilancia.
Luego otro filtro de seguridad y antes de pasar el último torniquete, un escrutinio más.
Ese afán pareció reflejar la intención de la directiva local, que abrió la venta de boletos esta semana con dos días exclusivos para los americanistas con membresía.
Gracias a ello, al interior del inmueble el América fue plenamente local. Eso quedó claro desde las ovaciones a las Águilas en el calentamiento. Por ejemplo, la que de manera atronadora le dedicaron a Rubens Sambueza en el anuncio de las alineaciones.
Todo lo contrario sucedió con el Rebaño, sonoramente abucheado y poco cobijado por una afición que además debió pasar más incomodidades que el rival.
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