Aficionados del Manchester United 'desafían a los terroristas'
'Es un mensaje que enviamos de que no seremos abatidos. No van a detenernos. Como el Ave Fénix, vamos a renacer de nuestras cenizas'
Manchester, Reino Unido /
Pese al miedo, 48 horas después del atentado en el que murieron 22 personas, los aficionados del Manchester United vivieron la final de la Europa League con pasión, alegría y júbilo, según ellos una forma de "desafiar a los terroristas".
Sam Trelfa, de 52 años, confesó que dudó antes de asistir. "Hubo momentos en que estaba en mi casa y me decía que era mejor no venir esta noche por lo que pasó en la Arena", explicó el hombre, vestido con la camiseta del ManUtd, mientras bebía una pinta delante del pub "The old nags head", en el centro de la ciudad.
"Sin embargo, me dije: '¡No!'. Estos terroristas no van a ganar", contó mientras fuera del bar comenzaban a reunirse los aficionados.
"Hoy va ser como ha sido siempre. Vamos a apoyar a nuestro equipo. Vamos a desafiar a los terroristas", dijo.
Jane Potts, de 42 años, de cabello largo y pantalones negros de talle alto, comparte este sentimiento de no querer ceder frente al miedo.
"Ellos intentan atacar nuestro modo de vida", dijo. "Pero no pueden impedirnos vivir como queramos. Debemos seguir viviendo, por la gente que sufre, por las víctimas", dijo.
Antes del inicio del juego, dentro del pub se vivía un ambiente incandescente. Los forofos de los Red devils entonaban el cántico del equipo "Manchester is wonderful" y otros zapateaban en el suelo con tanta energía que los vasos temblaban en las mesas.
COMO EL AVE FÉNIX
Todo el local es un templo dedicado al Manchester United.
En los muros cuelgan fotos del equipo y sus antiguas glorias. Entre ellas está el antiguo entrenador Alex Ferguson o el jugador George Best, con su inolvidable cita "En 1969 dejé de lado las mujeres y el alcohol, fueron los 20 minutos más duros de mi vida".
Los aficionados, atentos a la televisión, acogieron con aplausos el momento en que su equipo entró al campo, en el partido frente al Ajax disputado en Estocolmo.
Pero el ambiente festivo cambió bruscamente cuando ambos equipos compartieron un minuto de silencio por las víctimas del atentado que dejó 22 muertos, incluyendo muchos menores de edad.
Con el inicio del partido, el público se distendió un poco y cada jugada estuvo acompañada de gritos y comentarios.
Después de 90 minutos de juego, la victoria por 2-0 fue celebrada con alboroto, entre los abrazos, los cánticos, los bailes y por supuesto, con más cerveza.
"Es fantástico, es lo que necesitábamos", dijo Aaron Murphy, un fornido hombre de 33 años, vestido con vaqueros y una camiseta gris. Para él, esta victoria encarna la resiliencia de esta gran ciudad del noroeste del país.
"Es un mensaje que enviamos de que no seremos abatidos. No van a detenernos. Como el Ave Fénix, vamos a renacer de nuestras cenizas", concluyó.
Sam Trelfa, de 52 años, confesó que dudó antes de asistir. "Hubo momentos en que estaba en mi casa y me decía que era mejor no venir esta noche por lo que pasó en la Arena", explicó el hombre, vestido con la camiseta del ManUtd, mientras bebía una pinta delante del pub "The old nags head", en el centro de la ciudad.
"Sin embargo, me dije: '¡No!'. Estos terroristas no van a ganar", contó mientras fuera del bar comenzaban a reunirse los aficionados.
"Hoy va ser como ha sido siempre. Vamos a apoyar a nuestro equipo. Vamos a desafiar a los terroristas", dijo.
Jane Potts, de 42 años, de cabello largo y pantalones negros de talle alto, comparte este sentimiento de no querer ceder frente al miedo.
"Ellos intentan atacar nuestro modo de vida", dijo. "Pero no pueden impedirnos vivir como queramos. Debemos seguir viviendo, por la gente que sufre, por las víctimas", dijo.
Antes del inicio del juego, dentro del pub se vivía un ambiente incandescente. Los forofos de los Red devils entonaban el cántico del equipo "Manchester is wonderful" y otros zapateaban en el suelo con tanta energía que los vasos temblaban en las mesas.
Todo el local es un templo dedicado al Manchester United.
En los muros cuelgan fotos del equipo y sus antiguas glorias. Entre ellas está el antiguo entrenador Alex Ferguson o el jugador George Best, con su inolvidable cita "En 1969 dejé de lado las mujeres y el alcohol, fueron los 20 minutos más duros de mi vida".
Los aficionados, atentos a la televisión, acogieron con aplausos el momento en que su equipo entró al campo, en el partido frente al Ajax disputado en Estocolmo.
Pero el ambiente festivo cambió bruscamente cuando ambos equipos compartieron un minuto de silencio por las víctimas del atentado que dejó 22 muertos, incluyendo muchos menores de edad.
Con el inicio del partido, el público se distendió un poco y cada jugada estuvo acompañada de gritos y comentarios.
Después de 90 minutos de juego, la victoria por 2-0 fue celebrada con alboroto, entre los abrazos, los cánticos, los bailes y por supuesto, con más cerveza.
"Es fantástico, es lo que necesitábamos", dijo Aaron Murphy, un fornido hombre de 33 años, vestido con vaqueros y una camiseta gris. Para él, esta victoria encarna la resiliencia de esta gran ciudad del noroeste del país.
"Es un mensaje que enviamos de que no seremos abatidos. No van a detenernos. Como el Ave Fénix, vamos a renacer de nuestras cenizas", concluyó.