La postergada Superfinal de la Libertadores se cuela en el G20
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que es un honor que el Superclásico argentino se juegue en su tierra.
Buenos Aires, Argentina /
El futbol, el deporte que apasiona a los argentinos, se coló en la cumbre del G20 reunida en Buenos Aires, con la postergada Superfinal de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors entre las inquietudes abordadas el sábado.
La inusual presencia del titular de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), Gianni Infantino, le puso la nota a la cumbre de líderes mundiales recibidos en la capital argentina por el mandatario Mauricio Macri, quien iniciara su carrera política como presidente de Boca Juniors (1995-2007).
"Mi convicción es que se tiene que jugar. La pelota no se puede parar", declaró Infantino en conferencia de prensa al margen del G-20, consultado sobre el postergado clásico argentino que se jugará el 9 de diciembre en el Estadio Bernabéu del Real Madrid, según anunció la Conmebol.
El partido de Vuelta de la Final de la Copa Libertadores, inédita entre los archirrivales del futbol argentino, debía jugarse el 24 de noviembre pero fue postergado por serios incidentes alrededor del estadio Monumental de River.
En la Ida disputada dos semanas antes en la mítica Bombonera, Boca y River igualaron 2-2.
Pero el jefe del futbol mundial no fue el único en tener que responder sobre un partido que en Argentina fue batuizada "la final del siglo" y atrajo la mirada del futbol mundial.
A su turno, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que es "un honor" que el Superclásico argentino se juegue en su tierra, por primera vez fuera de Sudamérica desde que se disputa la Copa Libertadores en 1960.
“Para España es un honor poder albergar el Superclásico, como es calificado acá en Argentina. España estará del lado del deporte y la convivencia", declaró el jefe del gobierno español.
Dijo que Madrid va a "desplegar todo un aparato de seguridad para que los grandes protagonistas sean el futbol los futbolistas y que los argentinos puedan disfrutar de una Gran Final".
La inusual presencia del titular de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), Gianni Infantino, le puso la nota a la cumbre de líderes mundiales recibidos en la capital argentina por el mandatario Mauricio Macri, quien iniciara su carrera política como presidente de Boca Juniors (1995-2007).
"Mi convicción es que se tiene que jugar. La pelota no se puede parar", declaró Infantino en conferencia de prensa al margen del G-20, consultado sobre el postergado clásico argentino que se jugará el 9 de diciembre en el Estadio Bernabéu del Real Madrid, según anunció la Conmebol.
El partido de Vuelta de la Final de la Copa Libertadores, inédita entre los archirrivales del futbol argentino, debía jugarse el 24 de noviembre pero fue postergado por serios incidentes alrededor del estadio Monumental de River.
En la Ida disputada dos semanas antes en la mítica Bombonera, Boca y River igualaron 2-2.
Pero el jefe del futbol mundial no fue el único en tener que responder sobre un partido que en Argentina fue batuizada "la final del siglo" y atrajo la mirada del futbol mundial.
A su turno, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que es "un honor" que el Superclásico argentino se juegue en su tierra, por primera vez fuera de Sudamérica desde que se disputa la Copa Libertadores en 1960.
“Para España es un honor poder albergar el Superclásico, como es calificado acá en Argentina. España estará del lado del deporte y la convivencia", declaró el jefe del gobierno español.
Dijo que Madrid va a "desplegar todo un aparato de seguridad para que los grandes protagonistas sean el futbol los futbolistas y que los argentinos puedan disfrutar de una Gran Final".