'A la tercera cerveza, Diego empezaba a balbucear'; amigo del '10' revela que su gente lo emborrachaba

Mariano Israelit, quien fue amigo desde la infancia del Pelusa, detalló lo complicado que era llegar a su amigo por las trabas que recibía.

Maradona e Israelit durante una convivencia.

Tras la muerte de Diego Armando Maradona han comenzado salir voces de su circulo más cercano sobre el hecho de cómo vivió sus últimos años. Pues bien, ahora tocó el turno de Mariano Israelit, un amigo entrañable del '10' desde su infancia, con quien compartió grandes e íntimos momentos en familia; sin embargo, éste dio detalles de lo complicado que se volvió llegar al Pelusa en sus últimos meses de vida y que mucho tuvo que ver por su familia.

"Yo llamaba y me atendía un chico Charly, que era el marido de una prima de Rocío (Oliva). 'Hola, quién habla', me decía. Ya me conocía la voz, porque yo hablaba mucho con Diego. Yo decía 'Hola, hola, hola...'. Cuando me conocía la voz o me bloqueaba o directamente me decía que Diego se acostó o que fue al baño...", indicó Israelit en entrevista con Radio La Red.

"Ahora era imposible llegar a él, había que pasar por diez filtros. Diego vivía en un country con seguridad privada y tenía dos tipos en la puerta de la casa con ametralladoras, ¿para qué?", añadió.

Sin embargo, Mariano Israelit explicó que lo más complicado fue ver como el circulo más cercano de Maradona lo comenzaba a emborrachar con la intención de que estuviera ebrio al momento de recibir la visita de sus hijas.

"Lo que te voy a contar ahora no es que me lo contaron, lo viví estando ahí. He ido muchas veces a la casa, Diego me llamaba para comer un asado con la familia o sólo con el doctor Mariano Castro, con quien también vivimos juntos en la etapa de Cuba. Íbamos, almorzábamos, todo bárbaro y la charla era que a las 6 llegaban Dalma y Gianinna, nos decía que estaba contento que las iba a recibir... 

"Cuando nos queríamos ir, para que comparta con las hijas, nos decía que nos quedáramos. Eso pasó varias veces. Pero si ellas venían a las 7 de la tarde, a las 6 y cuarto aparecía este Charly y le decía: 'Diego, ¿una cervecita?'. No la pedía Diego, se la traían. Se clavaba una Corona. A los 10 minutos, venían y le apoyaban otra cerveza. Yo le decía: 'Charly, van a venir las hijas'. Y me decía que no pasaba nada... A la tercera cerveza, Diego empezaba a balbucear y decía: '¿Y ahora qué hago que vienen las chicas?'. Y Charly la remataba diciendo: 'Bueno, ¿abrimos un vino?'", detalló.

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