'La Barbie' regañó al 'JJ' tras enterarse de pleito y balazo a Salvador Cabañas

Han pasado 12 años del atentado que sufrió el exfutbolista paraguayo, quien el 25 de enero del 2010 fue agredido en el Bar Bar de Insurgentes en la CDMX.

Edgar Valdez Villarreal era jefe de Balderas Garza cuando sucedió el atentado a Cabañas. Foto: Milenio

Hace 12 años, en la madrugada del 25 de enero del 2010, Salvador Cabañas sufrió un atentado que casi le cuesta la vida, luego de la discusión que sostuvo con José Jorge Balderas Garza, alias  "El JJ", quien le disparó en la cabeza al entonces goleador de las Águilas del América. 

Recordando aquel trágico momento tanto para el jugador paraguayo, el conjunto azulcrema y el futbol mexicano en general, se supo posteriormente que "El JJ", pertenecía a la red de narcotráfico que lideraba Edgar Valdez Villarreal, mejor conocido como "La Barbie", quien reveló que regañó a Balderas Garza por la agresión a Cabañas. 

"Habló conmigo, de lo que había pasado, le tuve que decir que no anduviera en la calle, así lo que contó él así pasó. Yo me doy cuenta hasta el otro día, porque fue en la madrugada, lo regañé pero ya había hecho las cosas, lo que había hecho; eran amigos ellos dos, pero ese día andaba de malas Cabañas, comenzaron a alegar", dijo en esa entrevista.

A su vez, "La Barbie" dijo en su declaración cuando fue detenido por la Policía Federal, que había escondido al "JJ" tras lo sucedido en el Bar Bar: "después lo metí a una oficina mía en Atizapán, ahí estuvo como tres meses". 

Un año después de la agresión, en 2011, José Jorge Balderas fue detenido, pero fue hasta 2019 que se le dictó una sentencia de 20 años,  por ser encontrado culpable del delito de delincuencia organizada en la modalidad de delitos contra la salud. 

CABAÑAS NARRÓ CÓMO FUE EL MOMENTO DE LA AGRESIÓN 

Por su parte, Salvador Cabañas, años posteriores a la agresión, narró en una entrevista con AFP cómo fue el momento en el que Balderas Garza lo agredió. 

"Me apuntó directo a la frente. Estaba temblando con la pistola en la mano y apuntándome (...). Dijo que pidiera mi último deseo porque me iba a morir. Yo le dije que yo no me iba a morir y que no tenía por qué pedir ningún deseo. Le dije que no haga eso". 

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