A 30 años de la Final en la Copa América 1993: ‘Demostramos al mundo que podíamos competir’

En 1993 la Selección Mexicana, que salía de uno de sus capítulos más oscuros luego de la prohibición de asistir al Mundial de Italia 1990 por el tema de los Cachirules, recibió su primera invitación para jugar la Copa América.

Dicha convocatoria lucía más como un fusilamiento, pues el Tricolor no contaba con experiencia en torneos sudamericanos y apareció en el Grupo C junto a Argentina, Colombia, cada una con sendas generaciones doradas; también formaba parte del pelotón una Bolivia competitiva.

A pesar de lo complicado del sector, la Selección de entonces, dirigida por Miguel Mejía Barón, calificó como mejor tercer lugar a la Fase Final, y ahí logró explotar sus mejores condiciones, basados, de acuerdo a David Patiño, en el modelo de juego de Pumas de finales de los 80 y principios de los 90.

“La personalidad de la mayoría del equipo, la convicción de hacer una competencia histórica, la influencia de los líderes y, por supuesto, la forma de juego que venía de un modelo que había triunfado en los 80.

“Jugábamos con el modelo de Pumas en los 80. Sabíamos que nos enfrentaríamos a Colombia, que era una potencia y Argentina, que dos equipos a nivel mundial, pero queríamos probar que podíamos, el equipo quería demostrar y esa fue la esencia de Pumas, donde jóvenes con hambre y calidad peleaban con jugadores fuertes y eso se transmitió a la Selección, el modelo de Pumas imperó en la Selección de 1986 hasta 1994”.

En aquella Selección Mexicana, además de Mejía Barón que venía de ser campeón con los universitarios, tenía jugadores surgidos de La Cantera universitaria: Jorge Campos, Claudio Suárez, el Capi Ramírez Perales, Alberto García Aspe, Luis García, Luis Flores, Hugo Sánchez y David Patiño.

Es Patiño precisamente quien consideró que la Final contra Argentina, a pesar de haberla perdido, sirvió para demostrar que México podía tener buenas actuaciones en competencias fuera de casa.

“Ese ataque, con extremos abiertos, presión alta, presión tras pérdida, el trabajo en equipo en defensa, donde corríamos todos y eso nos hacía fuertes. Teníamos un equipo con gente inteligente: Jorge Campos, Claudio Suárez, el Capi Ramírez, Ramón Ramírez, el Potro o el Piojo. Nacho Ambriz era un medio de contención fijo. Benja Galindo jugó de enganche, con dos delanteros, que eran Hugo Sánchez y Zague, con la posibilidad de refrescar el ataque Luis García”.

“Jugamos muy bien y le demostramos a Argentina y al mundo que podíamos competir, cuando en ese tiempo se dudaba que se pudiera hacer en canchas lejanas. En la Fase Final el equipo explotó el buen juego, explotó la potencia, aparecimos todos. Se logró consolidar entre partidos históricos, contra Perú, Ecuador y Argentina, que ahí nos faltó cerrar con broche de oro”.

¿Por qué México no ganó la Copa América de 1993?

Patiño señaló que al equipo le faltó convicción para llevarse el título ante Argentina el 4 de julio de 1993 en la cancha del Estadio Monumental Isidro Romero de Guayaquil, donde México perdió 2-1 con un doblete de Omar Gabriel Batistuta, uno de los máximos goleadores de la Albiceleste.

“Se disputó bien, pero creo que faltó convicción de que podíamos ganar. Tuvimos una actuación histórica en un torneo internacional de tanta relevancia. Fue un golpe para todos, el grupo estaba triste por perder la Final, pero sabiendo que se había hecho un buen torneo y no esperábamos el recibimiento cuando regresamos, marcó mi vida como persona y como jugador profesional ese regreso de Ecuador”.