Luis Díaz, de la pesadilla de un secuestro a comandar una Colombia brillante

Encumbrado como el mejor futbolista cafetero en la actualidad, el del Liverpool sufrió 12 días la desaparición de su padre a manos de la guerrilla.

Luis Díaz, de la pesadilla de un secuestro a liderar a Colombia. (Foto: Especial)

El 28 de octubre de 2023, a unas horas de que Liverpool enfrentara al Nottingham Forest dentro de la Premier League, Luis Díaz fue informado de que sus padres, Luis Manuel Díaz y Cilenis Marulanda, habían sido víctimas de un secuestro, lo que marcaría el inicio de los peores 12 días de la vida del que hoy es considerado como el mejor futbolista de Colombia.

Se le explicó que Luis y Cilenis se desplazaban por la ciudad de Barrancas –en la que permanecían a pesar de la trascendencia que ya había alcanzado el futbolista–, cuando fueron interceptados por cuatro individuos armados que viajaban en motocicletas, que acabarían por privarlos de su libertad.

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Si bien la policía reaccionó con inmediatez y logró que la mujer fuera liberada, en el caso del padre de familia la incertidumbre se alargó por casi dos semanas, esta noticia dio la vuelta al mundo entero, y que ocurrió justo cuando Luis presumía de un rendimiento que confirmaba que los 45 millones de euros, más 15 en variables, que habían pagado por su ficha al Porto estaban justificados.

Un pueblo apacible se tornó en un búnker

La tranquilidad con la que se vivía en el poblado de Barrancas se esfumó de un día para otro. La cancha en la que creció Luis Díaz se convirtió en un helipuerto en el que fue constante ver aterrizar naves oficiales cargadas de especialistas en secuestro, además de diversas autoridades oficiales que tenían que lidiar con una descomunal presión mundial.

En el futbol, Liverpool fue el primero en expresarse a favor de la liberación y tras él aparecieron múltiples muestras de apoyo hacia Lucho, tanto de compañeros en su club como en la selección de Colombia, de la que hoy es su jugador estandarte. Inclusive de la FIFA, donde Gianni Infantino deseó la pronta liberación, además de hacerle llegar “sus oraciones”.

Sin embargo, el mayor respaldo siempre estuvo entre la gente del poblado, que vio cómo un buen vecino, como lo era Mane Díaz, sufría por culpa del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Ese mismo que había creado una familia de valores, que apoyó que su hijo se convirtiera en profesional, y que ayudaba a alimentar los sueños de los pequeños con su escuela de futbol Bayer, ahora estaba alejado de los suyos, sin que se supiera nada de él.

“No es para que, en medio de unas negociaciones, el ELN esté haciendo esto con esta familia humilde que está tratando de salir adelante”, dijo a CNN Guillermo Acuña, un joven aseguró ser alumno de Luis Manuel Díaz en esa escuela de futbol en la que Lucho aprendió las bases que lo llevaron a destacar en Barranquilla, Porto, Liverpool y su selección nacional.

Lucho pidió por su padre en un partido

A la distancia, lo único que pudo hacer Luis fue intentar mantenerse enfocado en el futbol con el deseo de que las buenas nuevas llegaran, aunque no pudo hacerlo por completo, algo de lo que quedó muestra en un partido que se disputó el 5 de noviembre, en el que hizo el tanto del empate del 1-1 entre Luton y los Reds.

Entre dudas, el técnico Jürgen Klopp lo hizo entrar al minuto 83 para que se gestara uno de los momentos más estremecedores en el futbol en años recientes: después que hiciera un gol agónico, en vez de celebrar mostró una playera que decía “Libertad para papá”, antes de estallar en un inconsolable llanto mientras estaba arrodillado en del campo.

Y no podía ser de otra forma, pues se trataba de la persona que hizo todo para que la comida no faltara en casa, y también del mentor de una figura de una de las mejores selecciones de Sudamérica. Fue Mane, quien tras años de trabajo juntos, lo llevó a probarse con el Barranquilla FC (filial del Junior y su puerta de entrada al profesionalismo), el que hizo todo para tener un jugador destacado, y no otras personas, como se señaló erróneamente.

“Hubo una Copa América de Indígenas de la Guajira donde el Pibe Valderrama fue el técnico de la selección Colombia y eligió a los mejores, pero no fue así porque Carlos Valderrama estuvo en el proceso, pero yo salí a probarme por mis propios medios. Fue por mi padre que hice todo el proceso para entrar al Barranquilla FC”, relató el propio Luis al podcast el Escuadrón del Humor en 2021.


La liberación llegó y Lucho celebró una noche inolvidable

En total fueron 12 los días en los que Mane Díaz estuvo secuestrado gracias a la mediación de una misión de las Naciones Unidas y la iglesia católica con el grupo guerrillero. Cerca de la frontera con Venezuela se cerró la liberación el 9 de noviembre, y de ahí fue trasladado a Valledupar en helicóptero, donde lo esperaban ya familiares y amigos, entre los cuales no estaba el futbolista.

Antonio García, reconocido como el máximo jefe de la guerrilla, ya había calificado como “un error la retención”, por lo que se había comprometido a la liberación de Díaz “por tratarse de un símbolo de Colombia”, además que en la organización admitieron una mala decisión haberlo retenido “por ser un familiar del gran deportista que queremos todos los colombianos”.

Fue hasta el 12 de noviembre cuando Lucho se reencontró con su padre, gracias a que fue convocado por Colombia para jugar las eliminatorias mundialistas, sin que se supiera demasiado de cómo fue la intimidad, salvo algunas que compartió la Federación de Futbol de ese país en la que ambos aparecen llorando junto a otras personas queridas.

Lo que sí quedó expuesto a la luz pública fue otro poderoso momento en el que Mane Díaz celebró extasiado el doblete que su hijo marcó ante Brasil el 17 de noviembre, para cerrar un capítulo de horror e inmerecido para una familia y un jugador que lo único que ha hecho es regalar alegrías a una Colombia que hoy sueña en grande y que suma 22 partidos invicta, en lo que tiene mucho que ver.

  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
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