'No querían que llegáramos’: Chivas y el día que llegó tarde a una Final de Libertadores

El cuadro mexicano cayó en la edición del 2010 ante el Inter de Porto Alegre. Hoy se juega la Final de la Libertadores entre Palmeiras y Santos.

Chivas y esa noche de terror en Libertadores. (Mexsport)

“Llegamos, nos cambiamos y salimos a la cancha sin calentar”, así recuerda el extécnico de las Chivas, José Luis Real, su atropellado y accidentado arribo al Estadio Beira-Río de Porto Alegre, la noche del 18 de agosto del 2010 para jugar la Final de Vuelta de la Copa Libertadores ante el Internacional. Era la segunda ocasión que un equipo mexicano se instalaba en la antesala del título más importante a nivel de clubes de América.

El extécnico de Chivas recuerda aquel pasaje justo este sábado, cuando se disputará la Final de la Libertadores entre Palmeiras y Santos, ambos de Brasil, igual que el rival que enfrentó a Chivas hace un poco más de 10 años.

El Güero, que es uno de los cinco entrenadores no nacidos en Sudamérica que han logrado llegar a una Final en esta competencia, relató en entrevista con Mediotiempo que ese partido se tuvo que jugar 10 minutos tarde, pues el autobús que los llevaba desde el hotel al estadio, fue detenido y desviado en tres ocasiones debido a las amenazas de las barras brasileñas.

“Al clásico estilo sudamericano… El partido empezó 10 minutos tarde porque a nuestro autobús lo detenían cada 10 minutos para desviarlo del camino. Decían que había barras amenazantes para impedir que el camión llegara. Tuvimos paradas obligadas y desvíos, llegamos tarde, nos cambiamos y salimos a la cancha, sin un calentamiento normal y después nos enfrentamos a un gran equipo rodeado por un escenario espectacular”.

“Pensamos que querían que no llegáramos. Nos comunicamos con gente de la Federación (FMF), para que le hiciera saber eso a la Conmebol y que vieran que íbamos a llegar tarde y que no hubiera sanción”, recuerda el entrenador mexicano en charla con Mediotiempo.

Pasto sintético: La desventaja de jugar en el Estadio Omnilife

El Rebaño Sagrado llegó a ese partido con una carga pesada, pues en la Final de Ida jugada el 11 de agosto, el Inter se impuso 2-1 viniendo de atrás con goles de Guliano y Bolívar, en el recién construido e inaugurado Estadio Omnilife, donde jugaron por primera vez en todo ese torneo en pasto sintético, algo que de acuerdo a Real no le favoreció al equipo.

“Era la primera Final en su nuevo estadio y desafortunadamente para nosotros la jugamos en pasto sintético. No fue desventaja para el Inter, fue desventaja para nosotros. Nosotros habíamos jugado tres partidos antes en pasto natural. Entendíamos que Jorge Vergara quería ganar el campeonato en su estadio. Al final no nos benefició”, agregó el Güero, que consideró que si ese primer duelo se hubiera jugado en césped natural, por lo menos lo hubieran empatado.
“Lo que sí puedo asegurar es que por lo menos no perdemos en Guadalajara. Era diferente llegar con un empate a un escenario como Porto Alegre a llegar con un 2-1. Creo que perdimos en Guadalajara y ese fue el principal razonamiento que tuvimos”, dijo.

El aficionado invasor, la bronca y el perdón del Güero Real

Al término de la Final de Vuelta con un marcador 3-2 favorable para el Inter de Porto Alegre, la transmisión de televisión se fue hacia el centro del campo donde varios jugadores de Chivas y del cuadro brasileño intercambiaban golpes y empujones.

Las versiones de los narradores apuntaban a la frustración de los jugadores mexicanos, sin embargo José Luis Real reveló que esa bronca la inició un aficionado brasileño que se metió a la cancha para golpear a Marco Fabián, situación que inició un conato de bronca la cual tuvo que controlar la policía local.

“Al final se mete un aficionado a golpear a Fabián y Omar Bravo se le deja ir y golpea al aficionado que se metió. Todos los del Inter van a proteger al aficionado que se metió. Entonces parecía que era una bronca entre Inter y Chivas y no era así.
“La policía entró pero no a detener a la persona que se había metido a la cancha. No se metieron para nada y se protegieron como lo hacen siempre. Eso sí, ya en el vestidor fue la policía y me llevaron a ese aficionado. ‘Este es el aficionado que se bajó y golpeó a un jugador, qué sanción quieres para él’, y yo les dije que lo soltaran que no me interesaba que lo sancionaran. Lo que hizo ya no se podía remediar y él me pidió disculpas a mí y se fue”, comentó.


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