Graham Arnold, con la tarea de construir una nueva Australia exitosa

Ha estado en los grandes momentos del futbol australiano, aunque tras asumir en la selección mayor en 2018 se dio cuenta de la falta de talento, algo que inquieta a todo su país.

Arnold, entrenador de Australia. (Especial)

Graham Arnold (Sídney, Australia, 3 de agosto de 1963) se ha convertido en uno de los personajes más importantes para el futbol de su país, ya sea para bien o para mal, gracias a un trabajo que se ha extendido durante 40 años y que, presumiblemente, se alargará más allá dada la dirección que ha marcado especialmente al frente del representativo nacional.

Formado como estratega de la mano de Guud Hiddink y tras una interesante carrera como futbolista que desarrolló entre Bélgica y Países Bajos, Arnold puede presumir que ha estado en los momentos más importantes del futbol de su país, hasta consolidar una forma de trabajo que ha servido para que su país se convierta en una potencia futbolística de Oceanía y de Asia, ya solo con la tarea pendiente de hacerlo en Copas del Mundo.

Un gran artillero con una base neerlandesa

Arnold supo sobresalir pronto como jugador gracias a su capacidad goleadora en el Sydney United, calidad que lo llevó pronto al futbol europeo, en donde pasó por los clubes Lieja, Charleroi y NAC Breda, equipos acostumbrados a formar jugadores y catapultarlos ya sea a instituciones de mayor prosapia o a ligas de más calidad.

Permeado por esas ideas, a su regreso a Australia para ser jugador/entrenador del Northern Spirit hasta su retiro en 2000, Arnold enfocó su trabajo en impulsar a jóvenes, ideal que vio fortalecido cuando se sumó al cuerpo técnico de Hiddink, junto a quien dio forma a la llamada Generación Dorada –con nombres como Tim Cahill, John Aloisi, Harry Kewell y Mark Viduka–, la cual clasificó a la Copa del Mundo de 2006.


Finalizada esa etapa, dos años más tarde se incorporó a las selecciones juveniles, en donde logró la clasificación a los Juegos Olímpicos de 2008, para después volver a la mayor, esta vez para ayudar a Pim Verbeek en el proceso rumbo a la Copa del Mundo de 2010, a la cual también clasificaron.

Tras ello se alejó de representativos para dirigir al Central Coast Mariners, en donde fue campeón de Liga en 2013, antes de pasar al Sydney FC, donde se consolidó como uno de los entrenadores más exitosos de la A-Liga al sumar una nueva corona en 2017.

La Liga Australiana cambió… para mal

Si bien logró el éxito que pretendía a nivel de clubes, desde entonces empezaron los cuestionamientos, ya que comenzó a cambiar su forma de trabajar, porque cada vez fueron menos los minutos que recibieron los jóvenes, esto debido a la obligación de ganar lo que fuera, necesidad que había especialmente en la segunda institución.

Sin embargo, no fue una circunstancia exclusiva del Sydney, sino que en general el campeonato australiano apostó por comprar talento que por producirlo, una decisión que obedece a la necesidad de hacerla más rentable económicamente, al grado de buscar calidad con nombres relumbrantes como fue el caso de Alessandro Del Piero, Thomas Broich, Emile Hesky, Robbie Fowler, Dwight Yorke y Shinji Ono.


Curiosamente, ese mismo mal en el que colaboró, afectaría su trabajo en la selección de Australia, la cual tomó a partir de 2018, porque se dio cuenta de la carencia de talento que existía, por lo que tuvo que volver a edificar, algo impensable cuando se tienen que arrojar resultados en una de las zonas más débiles del mundo.

Pero lo ha logrado poco a poco y ahora, con boleto en mano a Qatar, piensa que podrán dar una nueva sorpresa, aunque es bien consciente que sin el brillo que le tocó vivir en 2006.

“Cuando asumí el cargo en 2018, pude ver que tenía que desarrollar jugadores a lo largo de este viaje. Con los Juegos Olímpicos, con la clasificación para los Juegos Olímpicos, he visto a la próxima generación. Estoy aquí para apoyar a los jugadores y apoyar el juego. Creo mucho en estos jugadores. Realmente creo que haremos el trabajo”.



  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
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