Gustavo Alfaro, el cazador de utopías que impulsó a Ecuador al Mundial
Llegó al representativo ecuatoriano en la etapa más convulsa de la pandemia para clasificarlo a la que será su cuarta Copa del Mundo.
Gustavo Alfaro (Rafaela, Argentina, 14 de agosto de 1962) arribó a la dirección técnica de la selección de Ecuador en un momento convulso a nivel global (agosto de 2020), después de que Jordi Cruyff decidiera alejarse del cargo que apenas había tomado en enero, bajo el argumento de que “no había un proyecto estable”.
Tras salir de Boca Juniors en medio de una fuerte crisis en diciembre de 2019, en la cual habrían “influido fuerzas políticas” argentinas, según el propio estratega, Alfaro fue considerado para relevar en el cargo al neerlandés, aunque lo hizo sin confeti y sin grandes reflectores, momento contrastante con la brillante historia que ha forjado hasta ahora el frente del representativo.
Y no fue una decisión precipitada, sino que la Federación Ecuatoriana de Futbol tenía un profundo análisis de parte de la empresa Internacional Kin Analitics, la cual recabó datos sobre su desempeño en su ya extensa carrera, la cual comenzó en 1992 al frente del Atlético Rafaela y que tuvo su pico en los banquillos del Arsenal de Sarandí hasta recalar en Boca, su más grande reto y con el que no pudo sobresalir.
“Requeríamos un cuerpo técnico con una propuesta sencilla, fácil de enseñar, fácil de asimilar por los jugadores y aparte un cuerpo técnico que tenga antecedentes de manejo de grupo, de camerino, de situaciones complicadas. Haber dirigido a Boca Juniors es un masterado en eso, manejar prensa y camerino, crisis, situaciones difíciles y egos”, sostuvo entonces Francisco Egas, presidente de Ecuafutbol.
Sus éxitos lucían lejanos
Tras su nombramiento, a Alfaro se le señaló que sus mejores días en los banquillos databan de varios años atrás y que llegaba tras el sonoro fiasco que representó la eliminación a manos de River Plate en la Copa Libertadores en Semifinales de 2019.
En su carpeta de presentación, lo que más sobresalía era la Copa Sudamericana obtenida en 2007 con Arsenal de Sarandí (el de la polémica de los goles de visitante con América), además del título de la Primera División argentina de 2012. El resto de sus logros, una Copa (2013) y un par de Supercopas (2012 y 2018).
Su reto ahora es mundial
Alfaro encontró en el representativo un terreno fértil para exponer sus ideas, lo que le sirvió para lograr el cuarto puesto de la clasificación en las Eliminatorias de la Conmebol con 26 unidades, por detrás de Brasil, Argentina y Uruguay, y arriba de representativos que lucían como amenazas dada la calidad de sus jugadores, como lo eran Colombia y Chile.
De su mano, Ecuador disputará su cuarto Mundial, después de que tres colombianos lo llevaran en anteriores ocasiones (Hernán Darío Gómez en 2002; Luis Fernando Suárez en 2006; y Reinaldo Rueda en 2014). En Qatar 2022 buscará darle lustre a ese representativo, un nuevo reto para sus ‘Cazadores de Utopías Imposibles’, como nombró al libro en el que repasa todo lo que ha vivido en dicha selección hasta ahora.
“Quiero compartir con ustedes el camino de Ecuador hacia la Copa del Mundo de Qatar. Un proyecto, en el que hemos estado trabajando, para poder relatar cómo fuimos cumpliendo nuestro sueño. Este es un libro de un grupo de soñadores, de cazadores de utopías imposibles, que se animaron a desafiar a los prejuicios, a ponerse en movimiento y a contagiar”, describió en la presentación Alfaro, quien buscará que su idilio se alague en el Medio Oriente.