Italia 1990: Alemania se sumó a los tricampeones

Uno de los Mundiales más aburridos se jugó en Italia, aunque a la RFA le sirvió para consolidar su calidad antes de unificarse con la RDA.

Los germanos celebrando su tercer título mundial. (AP)

Después de perder las Finales de las Copas del Mundo de 1982 y 1986 (ante Italia y Argentina, respectivamente), Alemania Federal se presentó en la justa de 1990 para acabar con la espera en un momento especialmente importante de su historia que llevaría a la reunificación con la Alemania Democrática en octubre de ese mismo año.

En lo futbolístico era claro que era una potencia mundial, por lo que su presentación en los campos italianos la hizo como favorita a hacerse del título, responsabilidad que aceptó y transformó en la que sería su tercera corona tras ganar en 1954 y 1974. Curiosamente se desquitaría de la Albiceleste y se coronaría en casa de la Azzurra, sus verdugos en anteriores ediciones.

El camino de Alemania al título

Alemania tuvo la suerte de entrar en un grupo sin mayores complicaciones, ya que avanzó como líder con cinco puntos e incluso con el lujo de relajarse en su tercer encuentro al tener asegurada su clasificación. En su primer partido goleó 4-1 a Yugoslavia, mientras que en el segundo aplastó 5-1 a Emiratos Árabes Unidos para cerrar con un 1-1 contra Colombia, ya sin la presión de ir a buscar el resultado.

Tras su buena estrella en la primera ronda, las dificultades empezarían en los Octavos de Final, en donde se encontrarían a la Holanda de Gullit y Van Basten, la cual llegaba como vigente campeona de Europa. Klinsmann y Brehme le darían forma a la victoria de 2-1 en un sólido partido que solo se apretó al final por un tanto de Koeman.

En Cuartos de Final, Checoslovaquia sería su oponente en un partido cerrado que solo destrabó Matthäus con un gol desde los once pasos, partido que ayudaría a la imagen de que se trató de un Mundial aburrido.

Uno de los pocos condimentos que tuvo la justa fue la Semifinal en la que Alemania encaró a su archirrival Inglaterra, país con el que tenía diferencias que arrastraba desde principios del siglo, no solo en el plano deportivo, sino en el social.


En un partido de contadas emociones y marcado por una férrea táctica, Brehme adelantó a los teutones en el minuto 14 del primer tiempo, pero Lineker lo empató antes de irse al vestidor, anotaciones que serían las únicas emociones hasta la ronda de penaltis, en donde la precisión alemana se impondría para ganar 4-3.

Argentina, nuevamente su rival

Ya con un Maradona preso de sus demonios y repudiado por los italianos por su comportamiento y triunfo en la Semifinal ante el país que le daba de comer, los alemanes fueron capaces de imponer su mayor calidad no solo para anular al mágico 10, sino a toda una selección que no encontró las vías para hacer daño.


No obstante esa superioridad táctica y técnica, la Final se decidiría con un polémico penalti marcado por Edgardo Codesal después de que Sensini derribara a Völler. Brehme, uno de los mejores jugadores de la justa, se encargó del cobro para dejar el 1-0 definitivo, el cual pondría a Alemania Federal entre los tricampeones del mundo junto a Brasil e Italia.

Los campeones 

Bodo Illgner, Stefan Reuter, Andreas Brehme, Jürgen Kohler, Klaus Augenthaler, Guido Buchwald, Pierre Littbarski, Thomas Häsler, Rudi Völler, Lothar Matthäus, Frank Mill, Raimond Aumann, Karl-Heinz Riedle, Thomas Berthold, Uwe Bein, Paul Steiner, Andreas Möller, Jürgen Klinsmann, Hans Pflügler, Olaf Thon, Günter Hermann, Andreas Köpke. DT: Franz Beckenbauer.


  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
NOTAS MÁS VISTAS