Sofía Huerta y Ashley Sánchez: con raíces mexicanas con EE.UU. en el Mundial Femenil
Las dos mexicoamericanas buscan dejar un legado en el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023.
La Selección de Estados Unidos se mantiene como una de las favoritas para ganar el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023, una competencia en la que México no pudo clasificar, pero que no ha sido impedimento para que futbolistas con raíces mexicanas estén presentes en la justa.
Tales son los casos de Sofía Huerta y Ashley Sánchez, dos jugadoras que fueron convocadas por el Team USA en el Mundial Femenil y que inmediato sobresalen por su apellido, el cual portan en la espalda de su jersey y que deja en claro que representan a los mexicoamericanos en la justa de la FIFA.
Sofía Huerta y su arraigo con Puebla
El caso más llamativo es el de Sofía Huerta, quien también sabe lo que es vestir la playera de la Selección Mexicana, ya que fue la primera jugadora en participar en ambos combinados nacionales, ya que debutó con el Tri en 2012, luego de que no la eligieron en Estados Unidos para el Mundial Sub-20 en Japón ese año.
Sin embargo, su aventura con México terminó en 2014, luego de que anunció que buscaría un lugar con Estados Unidos y en 2017 solicitó el cambio de federación a la FIFA, que fue aprobado el 14 de septiembre del mismo año, debutando dos días después con el Team USA en un duelo contra Nueva Zelanda, donde asistió a Alex Morgan.
Ahora disputa un Mundial Femenil con Estados Unidos por primera vez y es la segunda mexicoamericana que lo hace con dicha selección, luego de Stephanie Cox, y junto a Ashley Sánchez, tema del que habló con la revista People.
"Es muy emocionante para mí (estar en el Mundial). Siempre creí que lo podría hacer, pero no sabía si en algún momento se haría realidad. Creo que es una muestra de lo duro que trabajo y la resiliencia que he tenido”.
Sofía, de 30 años de edad, tiene sangre mexicana por su papá, Mauricio, que es originario de Puebla, aunque ella nació en Boise, Idaho, lugar en el que reconoce existía un nulo vínculo con nuestro país, situación que le complicaba para sostener un equilibrio entre las dos culturas, aunque hoy valora más su sangre azteca, según relató al portal The Equalizer.
“Idaho no es el área más diversa. Luché con mi identidad ahí. Quería encajar, y encajaba, pero sentía como si fuera blanca. Siento que fue un lugar difícil para crecer. Afortunadamente, gracias a mis padres, siempre estuve orgullosa de ser mexicana. Mi papá es de Puebla. Es el único de sus hermanos que se mudó a los Estados Unidos, así que teníamos muchas raíces ahí. Crecí visitando (Puebla) dos veces al año, durante navidad y verano. Siempre me encantó ser mexicana y siempre sentí eso en mi sangre”.
El caso de Ashley Sánchez
La situación de Ashley, de 24 años de edad, es un poco distinta, tiene la ascendencia mexicana por parte de sus abuelos que son originarios de Jalisco, pues cabe mencionar que su padre de nombre Ralph es mexicoamericano al igual que ella, mientras que su madre es netamente estadounidense.
Sánchez nació en Pasadena, California, y en distintas ocasiones ha relatado que su única visita a Jalisco fue cuando tenía entre siete u ocho años, y recordó que por tener el cabello rubio en la escuela pocos se daban cuenta de su origen mexicano, hasta que la llamaban por su nombre y fue algo que le impactó en su momento.
“Creo que eso fue algo grande para mí. Pensé: ‘tal vez no soy lo suficientemente mexicana’”, dijo para Telemundo.
Sin embargo, la mediocampista reconoce que conforme se fue involucrando en el futbol femenil y se fue encontrando con jugadores de origen mexicano, se percató de que existía algo en ella que la hacía conectar, según contó a The Equalizer.
“Cuando estaba rodeada en un equipo con chicas que eran mitad mexicanas o completamente mexicanas, me hacía sentir cómoda. Fueron tan solidarias. Eran como: 'somos hermanas'. Eso realmente me ayudó a aceptarlo más”.
Y aunque hoy ambas jugadoras representan a Estados Unidos en el Mundial Femenil, no olvidan sus raíces, al grado que disfrutan de practicar su español cuando comparten concentración con el Team USA, según relató Sofía Huerta.
“Siempre estamos tratando de hablar español entre nosotras, luego nos avergonzamos y luego nos reímos de nosotras. No somos las mejores para hablarlo”.
Quieren dejar huella
Huerta y Sánchez son conscientes de que más allá de la presión que hay en la Selección de Estados Unidos por ganar su tercera Copa del Mundo Femenil al hilo, ellas cargan con una responsabilidad extra, que es inspirar a más mexicoamericanas para que cumplan el sueño de llegar a un Mundial, sin importar que su apellido encaje o no en una convocatoria como la estadounidense.
“Hay mucho más por hacer y tantas niñas mexicoamericanas que merecen ser el centro de atención. Espero que haya más jugadoras y que no se quede a la distancia. Se va a volver tan común. Creo que es increíble. Incluso las niñas pequeñas con carteles y están tan felices de admirarnos, eso es muy bonito", indicó Sánchez.
“Qué gran oportunidad tengo de ser mexicana-estadounidense y tener a Huerta en la parte de atrás de mi nombre y tener niñas pequeñas que me admiran, ser mexicano-estadounidense, porque por más cliché que suene, si puedes verlo, puedes lograrlo. Para cualquier niña o niño pequeño que sea de la comunidad Latina y vea mi apellido, pueden hacerlo”, dijo Sofía.