Columna de Edgardo Codesal

Análisis arbitral del México-Panamá

Comenzó un nuevo campeonato la Copa Oro de Concacaf jugando México nuevamente contra Panamá. Lo sorprendente en realidad no ha sido este hecho, ya que es normal que algunos equipos del área se enfrenten con frecuencia en diferentes torneos, sino que lo arbitre el mismo árbitro de hace un mes en Panamá, cuando México los visitó por la disputa del Hexagonal Final Eliminatorio para Brasil 2014. Así pues Walter Quesada de Costa Rica vuelve a dirigir a los mismos equipos en un mes y aunque fue en diferentes torneos nunca es bueno que repita a tan corta distancia, máxime cuando el antecedente nos deja en la memoria aquel penal que Felipe Baloy le cometió al Chicharito en una barrida en el área, que en su momento señalamos en esta columna.

Fue un juego ríspido en esa ocasión y no faltaron los momentos en que los jugadores presionaron al árbitro, que por momentos se vio superado por la personalidad de los propios jugadores de ambos lados.

Comenzó el tico con muy buena decisión a los 5 minutos marcando un penal contra México, que de manera inoportuna e inadecuada Raúl Jiménez comete dentro del área. De manera imprudente, pone una zancadilla al atacante y el árbitro, bien ubicado, señala con acierto. Qué hacía el atacante mexicano en esa zona, habría que preguntárselo a él y a su técnico; pero esa es otra historia. Hasta ahí parecía que tendría una gran actuación pero poco a poco se fue desdibujando, pues con el correr del partido fue dejando de sancionar algunas faltas que en su mayoría fueron sin trascendencia, pero algunas otras que influyeron en el trámite del juego. Por ejemplo, a los 12 minutos le cometen una falta dentro del área a Rafa Márquez, cuando es sujetado y empujado por la espalda impidiéndole que conecte de cabeza dentro de área chica, esto debió señalarse como penal y en ese caso mostrar la tarjeta roja al defensor por malograr una manifiesta oportunidad de gol.

Otro punto importante fue, por ejemplo, la cantidad de faltas que cometió Marco Fabián (cinco en total) sin que viera la tarjeta amarilla por infringir con persistencia las reglas de juego. O como la que cometió Peña en el segundo tiempo en un claro pisotón imprudente a un adversario, que muchos calificaron como de roja pero en realidad no fue con el riesgo ni la fuerza excesiva como para poner en peligro la integridad física de su rival, por lo que no era para roja, pero no otorgó la tarjeta amarilla para el mexicano a la que se hizo acreedor reglamentariamente por la manera de jugar.

Quiso arbitrar el juego sin las tarjetas y de hecho así lo hizo, ya que no mostró ninguna, no porque no las merecieran, sino porque no supo sacarlas cuando se las habían ganado como en el par de ejemplos mencionados.

También, en el primer tiempo, hubo un clavado claro en el área mexicana de un jugador Panameño que dejó sin sancionar, ante la protesta masiva y airada de varios jugadores aztecas.

Su trabajo no fue bueno, como tampoco lo fue la jornada anterior, hace un mes en Panamá.

No era el árbitro adecuado para ese juego, dados los antecedentes y sí para el americano que actuó de 4to oficial en ese mismo partido, Sean Mark Hurd, quien está considerando como el mejor en estos momentos en Estado Unidos.

Ojalá la Comisión de Árbitros de CONCACAF tenga los registros y antecedentes inmediatos de árbitros y partidos dirigidos por los mismos, para que no vuelva a suceder un hecho como el mencionado que no ayuda en nada a la difícil labor de los árbitros.

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