Daniel Baldi, el exCruz Azul y ahora escritor uruguayo: 'El futbol es un nexo en mis historias'

Daniel Baldi jugó en México, en Argentina y en su natal Uruguay, desde entonces escribe libros, su otra pasión.

Daniel Baldi, exjugador de Cruz Azul y ahora escritor uruguayo (Especial)

El talento con el balón le abrió las puertas del futbol profesional mientras su pasión por las letras era reservada para las tardes. Se trata de Daniel Baldi, el escritor uruguayo que jugó a nivel profesional en diversos equipos charrúas y que tuvo un paso fugaz en Cruz Azul por un problema de vestidor.

Pocos son los futbolistas que deciden tomar el camino de las letras para escribir, en especial para contar historias sobre temas que no son de futbol sino temáticas más humanas como ser parte de una minoría, sobre las adicciones y la rebeldía ante los deseos de los padres.

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¿Cómo nace la idea de escribir sobre futbol?

“La idea de escribir sobre futbol nace porque conozco de este mundo maravilloso que es el futbol y en donde confluyen todas las expresiones de la vida y del ser humano. Comencé de niño a leer libros, novelas de diferentes temáticas, pero lo que más me gustaba era la fantasía, la ciencia ficción, de modo que no tenía mucho que ver con el futbol”.

De futbolista a escritor

Baldi recuerda cómo su madre fue quien le pedía dedicarse a los estudios mientras disfrutaba de su pasión por el futbol. Fue así que desde el Liceo dedicaba gran parte de su día a estudiar, leer y escribir.

Debutó en 2001 como profesional en Plaza Colonia y en el 2006 publicó su primera novela llamada La Botella Futbol Club. Entre sus inspiraciones están Stephen King y JRR Tolkien.

¿Por qué escribir de ficción y futbol?

“En realidad yo escribo de un montón de temáticas, a mí me aburriría mucho escribir de futbol. Yo siempre me desmarco de eso, creo que no escribo de futbol. En mis historias el futbol está presente, pero en la historia sobre qué es ser humano, el futbol no está presente. Por eso se ven realistas mis novelas, porque en realidad yo en ellas generalmente las dirijo a un público infantil y juvenil, aunque son para todas las edades. He escrito de todo.

“He escrito de adicciones, he escrito de bullying, he escrito del medio ambiente, he escrito de todo lo que uno se pueda imaginar, de las minorías y siempre o muchas veces el futbol tan solo es un nexo para yo abordar la temática que deseo escribir en ese momento. He escrito novelas desarrolladas en el futuro, en la época de la pandemia tengo una que se llama Los Mellis son un verdadero equipo que escribí la segunda parte y estaba relacionada con el tema de la pandemia”.

“Tengo una novela en la que el protagonista es músico o le gusta la música, se llama Estadio lleno, y el papá está obsesionado en que él sea futbolista, pero él quiere ser músico. Se pelea con el papá y éste le dice, ‘no vas a comparar un estadio lleno coreando tu nombre y haciendo dinero con el futbol que tocando la guitarra, que lo único que vas a hacer es pasarla mal y no vas a poder realizarte en la vida’. Se pelean y él se va en busca de su sueño que no era ser futbolista sino ser músico y ganar la vida, así finalmente lo va a lograr con un estadio lleno que coree su nombre y no con un balón”.

¿Cómo ves la relación entre literatura y futbol?

“El porcentaje de los que llegan a vivir del futbol es ínfimo ‘siempre le digo a los padres y los entrenadores en Fuerzas Básicas, lo más probable es que el 99 o 98 por ciento no vivan del futbol’. Entonces hay que inculcar, desde edades tempranas, que al futbol hay que quererlo, pero al ser padre, entrenador, educador, siempre tengo que dar otras herramientas como la lectura para cuando el futbol me dejé por el camino”.

¿Cuál es tu obra más representativa?

“Una de mis novelas representativas es Mi Mundial que puede conseguirse en México, publicada por la editorial Santillana. Una novela que se trabaja bien en partes. La primera parte fue llevada al cine. La película, en la historia del cine uruguayo, es la segunda más taquillera.

"En mi Mundial, Tito, el personaje, es un crack que desde las inferiores todo el mundo cree que va a llegar al profesionalismo rápidamente y sin embargo pasa algo en el camino que le impide esa posibilidad, es bastante cruel y realista al mismo tiempo. Él había dejado los estudios porque le habían hecho creer que destacaría, entre ellos su representante que es un ser detestable como tantos en el mundo del futbol. Yo siempre recomiendo que los padres lean Mi Mundial para que vean el mundo con el que se van a encontrar en caso de que quieran que su hijo sea futbolista.

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“Esa novela yo la quiero mucho porque me abrió las puertas para convertirme en escritor internacional. Hoy día no publico solamente en Uruguay. Gracias a Mi Mundial también publico en Argentina, Paraguay, Brasil, México y Estados Unidos, que ahí publico por una novela que se llama No me gusta el futbol, que habla de un niño que no le gusta el futbol y él queda como relegado sin saber qué hacer, no le gusta y no sirve y empieza a formar desde chico de una minoría”.

¿Cómo ves una Copa América en Estados Unidos?

“El futbol es así, donde hay más dinero hay más posibilidades, de hecho se jugó un Mundial en Qatar y hubo que cambiar el mes en el que solían jugarse los Mundiales. Ahora que se juegue en Estados Unidos me parece que hay que adaptarse a esta nueva era de que donde más dinero hay, más posibilidades tienes de llevarte a los mejores jugadores, de llevarte los mejores torneos, más posibilidades de llevarte todo este deporte a que se desarrolle en los países que nos estamos acostumbrarnos en el mapa futbol”.


La crisis en Cruz Azul y la salida de los extranjeros

Baldi llegó a Cruz Azul en un momento en que el equipo pasaba por una crisis de resultados de la mano de Mario Carrillo. A eso se sumó una división en el vestidor y los primeros señalados fueron los extranjeros celestes.

Por aquellos años, los jugadores de Cruz Azul hicieron una huelga, pero duró muy poco y al final los que tuvieron que salir fueron solamente los extranjeros y Sergio Almaguer, que se fue con ellos en solidaridad por cómo se dieron las cosas en el interior del club.

“Sin duda mi paso por Cruz Azul me sirvió muchísimo porque fue un pasaje plagado de infortunios y mucha mala suerte porque en mi caso era un ilustre desconocido que se iba de Plaza Colonia, había andado muy bien en Uruguay en el torneo y Mario Carrillo decidió llevarme porque era muy joven, tenía 20 años y andaba muy bien”

“Llegué a Cruz Azul y al poquito tiempo, dos-tres meses, sucedió algo inédito. Al equipo no le estaba yendo muy bien y decidió quedarse sin su plantilla de extranjeros. Y si bien a mí en ese momento me quisieron retener porque era una apuesta de largo aliento porque era joven y estaba recién apareciendo, al ver que se cometía esa injusticia de acribillar a los extranjeros del momento, decidí dar un paso al costado.

“Fue bastante feo, no quiero volver al pasado, pero hubo mucha complicidad bastante mezquina de quienes jugaban de nuestros compañeros en aquél Cruz Azul. La plantilla de extranjeros éramos Abreu, Pinheiro, Galdames y yo. Almaguer también cuando vio que se cometió esa injusticia decidió dar un paso al costado y yo conservo el mejor recuerdo de él porque era algo que tenían que hacer la mayoría”, recordó Baldi.


  • Édgar Malagón Medel
  • Reportero. En MT desde 2011. Egresado de la licenciatura de comunicación FCPyS de la UNAM
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