Escocia se impone en casa a Georgia y sueña con obtener su boleto a la Euro 2024: 2-0
Callum McGregor y Steve McTominay marcaron los goles de la escuadra escocesa.
Escocia afianzó su liderato del Grupo A de clasificación para la Eurocopa 2024 tras derrotar este martes 2-0 a Georgia con una autoridad que le hace soñar ya con el billete a la cita continental, en un encuentro marcado por la suspensión temporal debido al estado del césped tras una lluvia torrencial.
Los hombres que dirige Steve Clark nunca habían ganado cuatro partidos al comienzo de una fase de clasificación, pero hoy refrendaron su gran estado de forma con una victoria clara gracias a los goles de Callum McGregor en la "piscina" de Hampdem Park, a los seis minutos de juego, y de Steve McTominay al comienzo de la segunda mitad.
La estrella georgiana, Khivicha Kvaratskhelia, no dio la talla en un choque difícil, disputado en un terreno de juego de los que ya no se ven hoy en día y, aunque tuvo un mal día, pudo acortar distancias con un penalti en el tiempo de descuento que, sin embargo, mandó a la nubes de la portería defendida por Angus Gunn.
¿Gol de vestidor?
La selección entrenada por el francés Willy Sagnol se vio muy pronto por debajo en el marcador. McGregor adelantó a los locales en el minuto seis con un remate que tuvo que ser no obstante revisado por el VAR por una supuesta mano.
El centrocampista del Celtic de Glasgow salió beneficiado por la inundación cuando se encontró tras un saque de esquina con un balón frenado que le llegó casi muerto a sus píes.
Acto seguido, el árbitro, el húngaro István Vad, ordenó la suspensión del choque ante el estado del césped, totalmente impracticable.
El largo parón, de casi una hora y media, evidenció la diferente actitud de ambos equipos de cara a una posible reanudación.
Mientras los jugadores escoceses se ejercitaban y esperaban en el césped, los georgianos pasaron casi toda la pausa en su vestuario, confiando, quizá, en que el partido se suspendería definitivamente y tendrían la opción de jugarse la remontada en otras circunstancias.
Ya sobre el campo, los hombres que dirige Steve Clark mantuvieron esa positividad y tomaron la iniciativa, encerrando al rival en su área y explotando la lentitud de sus laterales con peligrosas internadas por las bandas.
A pesar de que los operarios del estadio habían mejorado considerablemente el terreno de juego, los centros desde la línea de fondo seguían siendo una lotería toda vez que aterrizaban en los charcos del área chica.
Así lo probó el capitán escocés, el lateral Andrew Robertson, con un balón que desvió in extremis Mamardashvili, y después Lyndon Dykes, cuyo cabezazo picado rozó el poste del meta valencianista.
Georgia, por su parte, recurría al algún disparo lejano y se refugiaba en su campo a la espera de encontrar a la contra a su gran estrella, Khivicha Kvaratskhelia, si bien el delantero del Nápoles estuvo desaparecido durante la primera parte.
Escocia dio otro arreón hacia el final de la primera parte y en otra llegada por banda, una poza en el área le jugó una mala pasada al ariete John McGinn, quien no pudo conectar con la pelota cuando estaba solo ante el portero.
Volcados al ataque, los locales pudieron irse al descanso con otro tanto, ya cantado por la grada, cuando un disparo del medio Scott McTominay lo desvió a córner con una gran estirada Mamardashvili, el más destacado de su equipo en el primer y accidentado acto.
Asegura el triunfo y alarga la segudilla
Apenas dos minutos después del comienzo de la segunda parte, el verdugo de España en el choque del pasado marzo demostró que es el clásico medio "box to box" británico, con una arrancada que aumentó la ventaja escocesa.
McTominay rebañó un balón en el borde del área georgiana para mandarlo al fondo de las mallas, sin opción para la reacción de Mamardashvili.
Escocia siguió apretando e imponiendo su autoridad a pesar de la ventaja, demostrando que no es casualidad que lidere el Grupo A de clasificación con 12 puntos, un buen colchón de cara a los choques de septiembre y, sobre todo, el de octubre ante España, que podría decidir la posición final.
Los azules también mantuvieron el control con los cambios, con hombres de refresco en cada posición, mientras que Georgia metía delanteros a la desesperada, en un intento que diluyó aún más la aportación de Kvaradona, más allá de algún destello de calidad.
No fue capaz, siquiera, de anotar la pena máxima cobrada por los locales en el tiempo de descuento por una mano, que vio el VAR, de un defensa escocés.