N'Golo Kanté: De recolectar basura en París a la cima del futbol mundial

Hijo de inmigrantes malienses, perdió a su padre a los 11 años, aunque nada lo frenó en su carrera, incluso ni su estatura.

Kanté se ha consolidado como uno de los mejores jugadores del mundo

N’Golo Kanté, actual campeón de la Champions League, nunca dejó de sonreírle a la vida a pesar de las trampas que le puso y seguirá así hasta el último de sus días, sin importar lo lejos que lo lleve su descomunal talento. Siempre humilde, tímido y silencioso, una forma de ser contrastante con cómo se desarrolla dentro del campo, donde devora kilómetros y rivales como ningún otro jugador en la actualidad.

En la cúspide del futbol, aplaudido por su derroche de calidad en el triunfo del Chelsea sobre Manchester City en la Champions League, el centrocampista francés tiene sobre sí el respeto y los reflectores de los que careció antes, un giro descomunal para alguien que en su infancia tuvo que apoyarse en la recolección de basura para subsistir.

Nacido 29 de marzo de 1991 en París, N’Golo pasó su infancia junto a sus siete hermanos en el modesto pero tranquilo barrio de Géraniums à Rueil-Malmaison, sitio en el que sus padres, dos inmigrantes malienses, decidieron establecerse para buscar mejores oportunidades, aunque a lo máximo que lograron fue, en el caso del papá, ser recolector de basura, y a vivir de limpiar casas ajenas, como sucedió con su madre.

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-Talentoso e incombustible, pero pequeño

Si bien careció de lujos, Kanté tuvo oportunidades para buscar un desarrollo integral y gracias a eso pudo pensar en adentrarse en el futbol, algo que logró en el Suresnes Sports Youth, club que se convertiría en uno de sus soportes con el paso del tiempo, muy especialmente tras la muerte de su padre cuando tenía 11 años, edad en la que se vio forzado a trabajar.

En esa organización, donde pudo mantener su inigualable sonrisa, siguió hasta los 19 años, aunque no por la falta de potencial, sino porque en Francia se preferían los jugadores de buena talla. Uno a uno, Sochaux, Lorient y Rennes le cerraron las puertas, hasta que en 2010 el Boulogne de la Ligue 2 le abrió la puerta, al margen de su 1.68 de estatura.

“No se ofendió, siguió trabajando. Lo forjó y tal vez fueron esos pequeños fracasos los que hicieron que este pequeño se convirtiera en un gran tipo”, señaló Sylvain Porthault, presidente de JS Suresnes a Franceinfo.

-El camino al futbol profesional

En Boulogne los primeros meses fueron duros, a lo cual se sumó un bajo desempeño escolar. No obstante, sus avances fueron deslumbrantes y se pudo hacer de un sitio en el primer equipo, aunque lo logró valiéndose también de las múltiples salidas que se dieron tras el descenso al Championnat National.

En la temporada 2012-2013 el talento de N’Golo explotó en el Nacional, al grado de que fue nombrado el mejor jugador de esa temporada, desempeño que lo llevó al Caen de la Ligue 2, institución en la que pasaría tres años y sería acomodado por el técnico Patrice Garande en la contención, zona en la que hoy es el mejor del mundo.

Y a partir de ahí, solo pasos al frente, ya que en 2014 subió a la Ligue 1, donde pronto se le empezó a ver un parecido con Claude Makelele, contención que deslumbró con el Real Madrid y la Selección de Francia. Claudio Ranieri, entonces técnico del Leicester, lo pidió en 2015 y pronto le sacó jugo, ya que lograron ser campeones de la Premier League

Chelsea fue el siguiente en llamarlo, esta vez a cambio de 30 millones de euros, tras solo un año con los Foxes. También la Selección de Francia lo había requerido. Una sucesión de hechos afortunados que no han acabado, que lo convirtieron en Campeón del Mundo en Francia 2018, de la Europa League en 2019, en monarca de la Champions League por vez primera y tal vez en el próximo Balón de Oro.


  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
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