Un holandés con historia de refugiados, la promesa del próximo rival del Tri

Enrico Hernández nació en Países Bajos y a los 20 años es la promesa de la Selección de El Salvador, equipo al que visita México este miércoles por la eliminatoria hacia Qatar 2022.

Enrico Hernández es una joven promesa de El Salvador. (Foto: La Selecta)

El 17 de marzo de 1982, durante la Guerra Civil de El Salvador, cuatro periodistas holandeses fueron asesinados después de entrevistar a un grupo de 16 presos políticos, integrantes del sindicato de trabajadores de energía eléctrica, acusados de realizar un apagón de 24 horas para protestar en contra del gobierno por la desaparición de algunos compañeros.

Entre ese grupo de presos políticos se encontraba Alfredo Hernández Represa, abuelo de Enrico Hernández, la joven estrella de El Salvador, quien nació en 2001 en Países Bajos, nación que acogió a su padre Erick Hernández, como refugiado político en 1982.

“Mi padre trabajaba en una compañía y lo metieron preso injustamente por cuatro años. Holanda mandó cuatro periodistas a El Salvador para hacerle una entrevista a mi padre. La hicieron y los mataron”, platicó Erick Hernández, papá de Enrico, quien hizo su debut oficial con La Selecta el pasado 9 de septiembre en un juego ante Estados Unidos en la eliminatoria mundialista de la Concacaf.
“Ahí el gobierno de Holanda manda por los familiares de los presos y por eso nos venimos para acá. Nos llevan como refugiados políticos”.

Enrico nació el 23 de febrero del hace 20 años en Almere, a 9 mil 100 kilómetros de la capital salvadoreña. Desde los cuatro años, según su papá, mostró interés por dedicarse al futbol y fue a los 17 que encontró un lugar en el Ajax, club de Ámsterdam donde fue descubierto por un visor de la Selección de El Salvador, quien lo invitó a formar parte de los equipos juveniles y ahora enfrentará a México.

A los 17 años Enrico ya había jugado tres partidos con la Selección de los Países Bajos, además de que por la nacionalidad de su madre y de su abuelo materno pudo defender también los colores de Finlandia y Curazao. Sin embargo, el delantero se decidió por El Salvador, país que su padre y su abuelo dejaron hace 39 años huyendo de la guerra civil, siendo parte de los 500 mil salvadoreños que salieron como refugiados durante los 13 años que duró el conflicto armado.

En Holanda fue un visor de El Salvador de nombre Hugo Álvarez quien descubrió a Enrico.

“Se dio cuenta que había un salvadoreño que jugaba en Ajax y se contactó con nosotros. Él lo convenció. Siempre dice que tiene mentalidad europea, pero corazón latino”, comentó.
“Jugó tres partidos con Holanda cuando tenía 17 años y podía jugar con ellos. Cuando jugó en México (Preolímpico), Finlandia se puso en contacto con nosotros, porque querían que jugara con Finlandia. Enrico me dijo que no, que no tenía ese amor y dio las gracias”.

Sin que se lo haya dicho, Erick está seguro que Enrico decidió jugar para La Selecta como una forma de agradecimiento, debido a lo complicado que fue para él y su padre dejar El Salvador e iniciar una nueva vida en Europa.

"Fue difícil. Dejamos familia, amigos, donde vivíamos, todo dejamos de un día a otro. Volvimos a comenzar. Creo que por eso él juega para El Salvador, para que yo esté contento", consideró.

ENRICO ES FAN DEL CHUCKY LOZANO

El año pasado, y luego de estar en equipos juveniles del Ajax, Enrico Hernández firmó su primer contrato como profesional con el Vitesse, club de la Eredivisie que lo cedió al FC Eindhoven de la segunda división de los Países Bajos.

En palabras de su padre Erick Hernández, Enrico se convirtió en fan del Chucky Lozano, durante en las tres temporadas que el mexicano jugó para el PSV.

“Yo siempre he seguido el futbol centroamericano, sudamericano, el futbol de México, Costa Rica, y Enrico creció con eso. A él siempre le gustó Hirving Lozano que jugó en Holanda. Él era fan de Chucky cuando jugaba en PSV”, señaló.

Además, platicó que varios clubes, incluso de otros países, buscaron fichar a su hijo en el último mercado de verano, pero se inclinaron por quedarse en el balompié de los Países Bajos, el cual es reconocido por el desarrollo que logra en los jugadores jóvenes.

“Él es profesional desde el 2020. El Vitesse le dio un contrato y desde ese año es profesional. Con Vitesse no tuvo mucha experiencia y entonces este verano hubo muchos clubes que lo querían seducir y él se fue para Eindhoven en la segunda división”.

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