Copa Mundial

México 1986: la piel azteca

Como hacía 16 años, elementos materiales y subjetivos volvieron a conjugarse para entregar episodios de alto contenido épico e histórico.

Estadio Azteca
Estadio Azteca
Editorial Mediotiempo
Alemania
  • ADIDAS, la primera que repite
El futbol y México se conectan de inexplicable manera. Si lo ocurrido en 1970 resultaba suficiente para reconocer al suelo azteca como el escenario de los momentos más importantes en la historia de la Copa del Mundo, lo de 1986 rayó en la soberbia y la petulancia, en el extremo de lo magnífico e inimaginable. Como hacía 16 años, elementos materiales y subjetivos volvieron a conjugarse para entregar episodios de alto contenido épico e histórico. Sin decirlo, el deporte más popular del planeta se encargó de aliviar las heridas causadas por el terremoto que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985. Más de 35 mil muertos dejaron al país en un estado de crisis y temor. Se respiraba en cada  rincón una inminente necesidad de sonreír, de recibir una alegría.   La pelota comprendió la situación. Ya no se mostró tan egocéntrico como "Telstar" en 1970. Tampoco recurrió al ritmo del "Tango" impreso en Argentina 1978 y España 1982. Requería un nombre frío y orgulloso a la vez, un grito de guerra fuerte y respetuoso. Para honrar a la población que acababa de ser golpeada y enaltecer las raíces del pueblo mexicano decidió convertirse en "Azteca México", realizado por ADIDAS.   El balón oficial de la Copa del Mundo México 1986 adoptó un diseño serio y acorde a los tiempos que discurrían. Lo discreto no le impidió ser innovador. Fue el primero que utilizó material sintético en vez de cuero. Constaba de una capa exterior de poliuretano y tres capas inferiores, complementadas con diferentes estructuras de "adicrón".   La mezcla de factores resultó  apenas comparable con lo visto en 1970. Si Pelé, máximo héroe del balompié mundial había nacido en tierra mexicana, lo mismo debía hacer el antagonista por excelencia, el rebelde que desafiara los cánones dentro y fuera del rectángulo verde.   En México, con un balón hecho por ADIDAS, en una Copa del Mundo y en el Estadio Azteca, la humanidad fue testigo de la aparición del único con el derecho a competirle a Edson Arantes la etiqueta del mejor futbolista de la historia. Diego Armando Maradona estremeció al orbe con su talento e ingenio, ese que utilizó para convencer al balón de que una trampa, un atentado contra el Fair Play, sería positivo para ambos. El diez argentino logró que el esférico cometiera su primer gran pecado de la historia.   LA PIEL TRICOLOR, EL CUARTO ELEMENTO La divina trinidad del balompié  volvió a juntarse, pero lo hizo con un esfuerzo adicional. México y ADIDAS no sólo se juntaron a través del esférico mundialista, sino también a través de la piel con que los dirigidos por Velibor Milutinovic ilusionaron a millones de compatriotas.   Enfundado en la tela y el diseño de la marca de las tres franjas, Manuel Negrete retó a la gravedad y marcó uno de los tantos más hermosos en la historia de las Copas del Mundo. Aquel 15 de junio de 1986, ante Bulgaria en partido de Octavos de Final efectuado en un repleto Estadio Azteca, el ex jugador de los Pumas inscribió su nombre con letras de oro en los archivos del deporte más popular del planeta.   ADIDAS, LA PRIMERA QUE REPITE Como en 1986, ADIDAS vestirá al equipo de más de cien millones de mexicanos. Veinticuatro años después de aquel episodio mundialista, la firma de las tres franjas se convertirá en la primera que viste a la Selección  Mexicana en 2 ediciones de la Copa del Mundo. Anteriormente, México utilizó UMBRO en 1994; ABA SPORT en 1998; Atlética en 2002 y Nike en 2006.

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