Juan Pablo Meneses y su óptica del balompié: 'El futbol murió hace varios años'

Sentado de manera improvisada en una banca del Jardín Pushkin de la colonia Roma, Juan Pablo Meneses, escritor, cronista y periodista chileno compartió con mediotiempo su visión sobre el futbol, la relación y conexión con la literatura latinoamericana, y cómo surgió la idea de escribir y publicar en 2013 el libro “Niños futbolistas”, una investigación que revela el funcionamiento actual de la industria de la compra y venta de jugadores en Sudamérica.

¿Cuál crees que sea la conexión entre el futbol y la literatura en Latinoamérica?

“A veces se piensa que hay más literatura sobre futbol o más variada y la verdad es que no son tantos los libros emblemáticos. Una piedra fundamental es Eduardo Galeano, porque fue uno de los primeros, que como Monsiváis, combinaron la cultura popular con lo intelectual, así hizo Eduardo Galeano.

“En México no podemos no hablar de Juan Villoro, que continúa en esa tradición. En Argentina ha escrito mucho Martín Caparroz, Daniel Riera, que tiene crónicas de futbol, y yo mismo he incursionado. Escribí un libro que se llama Niños futbolistas, y lo intenté hacer de otra manera. Muchas veces la literatura del futbol en Latinoamérica tiene muy romantizada esta industria, que en realidad es una industria tritura piernas, una industria jodida, sobre todo para Latinoamérica".

¿Cómo nace la idea de escribir ‘Niños futbolistas’?

“Mucho tiempo he vivido fuera de Chile y me daba cuenta que cuando regresaba a mi país e iba ver a los partidos de mi equipo Universidad de Chile, siempre eran todos los jugadores nuevos, había mucha rotación, no te aprendías los nombres y ya los había vendido, porque eran muy malos o porque eran muy buenos”.

“Había cambiado ya la industria del futbol y en esa nueva industria del futbol el negocio es la compra y venta de niños futbolistas. Por qué, porque había aparecido Messi, porque es un negocio espectacular comprar un niño pobre, de un país pobre, de una ciudad pobre, de un barrio pobre, de una familia pobre en pocos miles de dólares y no tantos a años después costará cientos de millones de euros, y eso había que contarlo”.

¿Sigues siendo aficionado al futbol?

“Siempre me gustó el futbol. Siempre fui de aficionado, mi padre y mi hermano me llevaban a la cancha, seguía al equipo, pero eso con los años se fue perdiendo. Yo hablo que el futbol se murió. Perdóname que lo diga acá. Yo he transmitido y lo he publicado de mi idea de que el futbol murió hace varios años. Lo que nosotros estamos presenciando, viendo ahora como en la Copa América, en la Eurocopa, es un deporte nuevo que yo le llamo post futbol”.

“En el post futbol importan más el valor de las transacciones comerciales que los goles. Importa más todo lo que rodea a la cancha, más de lo que pasa adentro y los jugadores son verdades figuras de mercadotecnia, que su calor está dado por todo lo que es externo a pegarle al balón y hacer un gol”.

“El post futbol parte un poco a partir de ‘Niños futbolistas’, es como una especie de continuación que nunca lo he llevado a un libro, pero he escrito mucho porque después de que se publicó ‘Niños futbolistas’, hasta el día de hoy, muchos lectores me mandan noticias y cosas que van pasando. Por ejemplo, cuando una selección vende sus derechos a un jeque árabe, como Brasil hace unos años y el jeque ponía en sus requisitos que él elegía a los jugadores que entraban a la cancha. Son historias que no se saben”.

Hablando de periodismo ¿Qué piensas del periodismo deportivo?

“Siempre he tenido sentimientos encontrados con el periodismo deportivo. Siento que el periodismo deportivo ha hecho poco periodismo casi siempre y ha caído en el tema de los opinólogos. Arman un panel, meten cuatro exfutbolistas, periodistas que tengan mucha sintonía en redes sociales y armo una reunión que podría ser en una cafetería, como señoras tomando café y opinando cualquier cosa que se les viene a la cabeza. Eso para mi no es periodismo”.

“Tengo claro que lo que para mí es periodismo deportivo no podría generar tanta conexión con la industria, porque sería tratar de mostrar cosas que no se quieren saber. Cuando yo presenté ‘Niños futbolistas’ en España, ellos no querían saber que las grandes figuras del Barcelona eran chicos marginales de Latinoamérica, ellos querían pensar que eran personas que ellos descubrieron, que habían salvado a Messi operándolo en un hospital como si fueran una ONG y en realidad lo que estaban haciendo era comprar barato algo que después iban a vender muy caro”.

La inteligencia artificial y el desafío para el periodismo

“Creo que ahora hay un desafío muy interesante para todo el periodismo en general que es la inteligencia artificial. Es una oportunidad de hacer mejor periodismo, porque el periodismo malo lo va hacer la inteligencia artificial. Los que hacen periodismo malo, témanle a la inteligencia artificial, los que hacen buen periodismo está es una buena oportunidad para agarrarse de ello y potenciar su trabajo. Hacer cosas que hasta ahora no nos imaginamos, cosas que me transforman en un optimista irremediable que termina siendo mi problema, me pasa con el periodismo, pase lo que pase viva el periodismo”.