Araujo anotó, pero no evitó derrota de 4-2 del Celta ante el Rayo Vallecano

A pesar de que Néstor Araujo marcó su primer gol con el Celta de Vigo, esto no fue suficiente para ayudar a su equipo que cayó 4-2 en su visita al Rayo Vallecano en la J18 de LaLiga.

El partido inició movido de ambos lados y con llegada a las áreas y apenas a los cuatro minutos el conjunto de Vallecas se fue adelante en el marcador, gracias a un magistral tiro libre cobrado por Raúl de Tomás, quien con su efecto superó la barrera y puso la pelota pegada al poste izquierdo, para el 1-0 a favor del Rayo.

La visita no tardó en responder y apenas al 13’ el Celta encontró el empate por medio de Néstor Araujo, quien se estrenó como goleador con los de Vigo, luego de un cobro de esquina por derecha que tras un primer remate, el mexicano estuvo atento para conectar de pierna derecha en el área y hacer el 1-1 parcial.

Apenas tres minutos después, se marcó un penal un tanto rigorista cuando Brais Méndez sacó un remate a puerta que pegó en la mano de Abdoulaye Ba, a pesar de que el senegalés hizo el intento de quitar su brazo, pero el árbitro marcó la infracción y Maxi Gómez cobró para dar la vuelta 2-1 a favor del Celta.

Luis Advíncula, jugador peruano que pertenece a Tigres, dio un gran encuentro por la lateral derecha del Rayo y al 37’ mandó una diagonal retrasada precisa a la llegada de Raúl de Tomás, que de derecha hizo el empate 2-2.

Aunque la jugada fue revisada en el VAR por el silbante Alberola Rojas, ya que aparentemente Advíncula se encontraba en fuera de lugar, el colegiado decidió dar por buena la anotación.

En la segunda parte, fue el equipo dirigido por Miguel Sánchez los que más mostraron deseos de quedarse con los tres puntos, pero fue hasta el 77’ que cayó el 3-2 a favor del Rayo Vallecano, cuando Raúl de Tomás remató un servicio con su pierna zurda, para marcar su triplete en el encuentro.

Al 91’ Bebé se encargó de sentenciar el compromiso, cuando recibió un pase a profundidad de Emiliano Vásquez, para enfilar a la puerta y colocar la esférica entre las piernas del portero Rubén Blanco, para el 4-2 definitivo y que representa el tercer triunfo en fila de un Rayo determinado a salvarse del descenso.

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