El día que Maradona rompió un trofeo del Barcelona para que le dieran su pasaporte
Su paso por el conjunto culé no fue el mejor y hay historias que lo retratan de buena manera, como el día que amenazó con destrozar varios títulos del equipo.
Diego Armando Maradona llegó al Barcelona en 1982 y, pese a que tenía todo para triunfar en el conjunto culé, la relación entre ambas partes estuvo lejos de ser lo que directivos y aficionados esperaban. De hecho, hubo más 'detalles' que alegrías, como la ocasión en la que el 10 rompió un trofeo y amenazó con acabar con varios más por su pasaporte.
La historia, que se encuentra en el libro "Yo soy el Diego", data de 1983. Maradona había sido invitado al partido de despedida de Paul Breitner, quien ganó el Mundial con Alemania en 1974 y había jugado para el Real Madrid. El problema entre el argentino y el conjunto culé era que el Barcelona iba a jugar a los pocos días contra los Merengues en la Copa del Rey.
El Barcelona no pensaba dejarlo ir, por lo que los directivos se negaron a entregarle el documento para que pudiera viajar al partido, lo que desató la furia del astro argentino.
La historia
"Era lunes: lo hice llamar por teléfono al club para que me mandaran el pasaporte, y no, no lo mandaban. Otro día más, y nada. Entonces fui y pedí hablar con (el presidente) Núñez. No está, me dijeron primero. Yo había visto el auto y el chofer. 'Ahora no lo puede atender'. Vino otro dirigente, que yo quería mucho, Nicolás Casaus, que había nacido en Mendoza, casi llorando: No, Dieguito, no te lo podemos dar, el presidente no quiere...", comienza el relato.
"Estábamos en la sala de trofeos, en el Camp Nou. Entonces le dije: '¿Así que el presidente no quiere dar la cara? Yo voy a esperar cinco minutos... Si no me dan el pasaporte, todos estos trofeos que están acá, que son divinos, que son de cristal, los voy a tirar uno por uno", amenazó.
Un título sufrió la furia de Maradona
El argentino, quien se encontraba Bernd Schuster (quien también había sido invitado), no dudó y a las primeras de cambio se dispuso a cumplir su palabra. Un Teresa Herrera (de 16 kilos y valuado en 120 mil euros) fue destruido.
"Agarré un Teresa Herrera, hermoso, y lo interrogué por última vez a Casaus... —¿No me da el pasaporte? —No, el presidente dice que no... Levanté lo más que pude el trofeo y lo tiré... Hizo un ruido... 'Tú-éstas-loco', me dijo Schuster".
"La cosa es que me devolvieron el pasaporte... y no nos dejaron ir al partido de Breitner. No sé qué carajo, pero había una cláusula de la Federación Española... Pero les rompí un Teresa Herrera y el pasaporte me lo dieron...", concluyó Maradona.