Sufriendo como un perro, pero feliz en Leganés: Javier Aguirre

El timonel mexicano contó el inicio de su carrera como entrenador en una entrevista para La Liga de España.

En una charla con la Liga de España, en la cual hizo un recuento del final de su carrera como futbolista y el inicio de su trayectoria como entrenador, Javier Aguirre aseguró que aunque está sufriendo como director técnico del Leganés, equipo con el que busca la salvación del descenso, está feliz viviendo esta etapa, luego de cinco años dirigiendo en Japón, Emiratos Árabes y Egipto.

“Voy a Egipto y juego la Copa África que también me apetecía, no sale bien y estando en casa me llama el Leganés ¿Qué haces… dices que quieres otra selección? Pues no, y me vine al Leganés y aquí estoy feliz, sufriendo como un perro, pero feliz”, comentó el Vasco en la entrevista donde, entre otras cosas, platicó cómo le llegó la primera oportunidad para comenzar a dirigir.

Todo pasó en un lapso de 24 horas, pues después de un partido con Chivas, recibió la llamada de Miguel Mejía Barón, quien fue el que le abrió las puertas como auxiliar en la Selección Mexicana. Javier aceptó y comenzó de ayudante en el Tricolor, con el detalle de que no había estudiado la carrera de entrenador, ya que su intención tras dejar el balompié era dedicarse a lo que había estudiado.

“Me preguntaban que si iba a ser entrenador y la respuesta era clara y contundente, no. Yo estudié administración de empresas, estudié finanzas y quería irme a trabajar a otra cosa no al futbol.

“Miguel me llama y me dice que era el nuevo entrenador nacional, y me invita a ir a la Selección y yo le dije ‘Miguel no puedo ni moverme’, y me dice que me quería de ayudante (no de jugador), y de ahí me cambió todo el panorama. Hacía yo un poco de todo y no tenía el título de entrenador. Compañeros en Chivas ya tenían su título porque ya se veían como entrenadores”, agregó.

‘UN FUTBOLISTA MEDIOCRE’; ASÍ SE DESCRIBIÓ EL VASCO

Aguirre también platico algunos aspectos de su carrera como jugador, describiéndose como un jugador de medio pelo, con más carencias que habilidades, pero siempre destacando por la competitividad que demostraba en los juegos y en los entrenamientos.

Como futbolista fui un jugador de medio pelo. Un jugador promedio que no destacaba por nada. Técnicamente era muy pobre y quizá tácticamente veía cosas que ayudaban al equipo, no era el más hábil, no era el más veloz, no era el más fuerte, un jugador muy regular pero muy competitivo”, afirmó.

Por todas estas carencias, destacó su llegada al futbol europeo en 1986 al Osasuna de España, equipo que lo fichó luego de jugar dos temporadas con el Atlante.

“Estoy agradecido con toda esa gente y la serie de circunstancias, era muy difícil para un jugador como yo tan mediocre, jugar en Europa”, concluyó.


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