Real Madrid vence al Sevilla de la mano de Bellingham y Mbappé
El equipo merengue se acerca al Barcelona, aunque los culés todavía no juegan esta jornada.

Salvado por Thibaut Courtois y su recital de paradas ante un Sevilla carente de pegada. Incapaz de dominar a un rival hasta en superioridad numérica, por la expulsión de Marcao, el momento deseado por Kylian Mbappé al igualar el récord goleador de Cristiano Ronaldo en un año natural quedó ensombrecido por un triunfo repleto de apatía que la afición del Real Madrid castigó con silbidos.
Con la duda del mal recuerdo reciente en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid saltó carente de tensión, adormercido, como instalado en una realidad paralela a la que vive Xabi Alonso. Necesitado de un triunfo convincente, sufre en la zona técnica con arranques como el protagonizado ante el Sevilla. Su apuesta más ofensiva, juntar a Bellingham, Rodrygo, 'Vini' y Mbappé, fue acompañada de una endeblez defensiva alarmante.
Le fue tan fácil generar peligro al Sevilla que hasta se sorprendió. De un error grave en el pase de Huijsen y de la falta de intensidad en la marca de un equipo largo que dejó espacios, aparecieron dos ocasiones para Isaac Romero que provocaron el quejido de la afición del Bernabéu ya en los primeros minutos. Alexis Sánchez inventó un pase a la espalda de Tchouaméni, que se incrustaba entre centrales intentando aumentar una seguridad inexistente, e Isaac picaba el balón a Courtois para acariciar el poste.
Un Real Madrid de impulsos, sin continuidad en el juego, mostraba de nuevo endeblez en su estadio. Un arranque de Rodrygo en su mejor momento del curso, que dejaba solo a Fran García y provocaba la primera parada de Odysseas, haciéndose grande en el mano a mano para tapar portería, daba forma a un intento de reacción. Xabi Alonso adelantaba a Tchouaméni buscando la autoridad inexistente hasta ese momento en la medular y pedía a Vinícius que se pegase al costado izquierdo.
El enfado del madridismo enfoca más a los jugadores que al entrenador. Lo volvió a demostrar con una pitada a Vinícius tras una acción ofensiva en la que erró en el regate. Un nuevo toque de atención pidiendo la intensidad que le faltaba a un Real Madrid que se fue adueñando del partido por inercia y encerrando a un Sevilla que le costó creer la oportunidad que tenía enfrente.
Así en arranques individuales, el de Güler para encontrar a Mbappé y dejar el primero de numerosos intentos buscando un gol de récord con un disparo cruzado, dos testarazos de Huijsen tras córners, acabó llegando el gol que debía dar calma. Lo firmó de cabeza, tras un salto repleto de potencia, Bellingham. De una falta tan innecesaria como dura de Marcao a Rodrygo, que puso el centro suave al corazón del área.
Ni el gol fue sinónimo de impulso a la moral madridista. Segundos antes del testarazo de Ballingham, Agoumé había vuelto a disfrutar del descontrol defensivo del rival y la pasividad en la marca de Güler. Su zurdazo se enlazó con una chilena arriba de Alexis en el añadido. Un adelanto de lo que ocurriría tras la reanudación.
Con el técnico sevillista Matías Almeyda expulsado y tras una acción en la que mostró cierta ansiedad Mbappé, individualista con precipitación en un disparo con Vinícius solo para marcar, el Real Madrid hizo aguas en defensa. De cristal. Añorando a Éder Militao, con Huijsen superado y Rüdiger lento. Llegaba el momento de Courtois, siempre preparado para salvar a su equipo.
Ante la incredulidad del madridismo, sorprendido por no ver a su equipo gobernar un partido de inicio a fin en su estadio, el portero belga salía vencedor de un mano a mano con Alexis, sacaba una mano de mucho mérito a un disparo de Isaac tras irse en velocidad de Huijsen, al que volvía a coger la espalda para provocar la tercera parada consecutiva de Courtois, ahora con los pies. Ningún centrocampista mordía para impedir el pase. Ningún defensor era capaz de frenar a su marca.
Ni un partido tranquilo para Xabi Alonso, amparado al hambre voraz de Mbappé para lograr igualar a Cristiano Ronaldo. Provocó su día de mayor imprecisión en la definición, perdonando dos seguidas entre ocasiones del Sevilla, y topándose de cabeza con el larguero antes de que Alexis se encontrase de nuevo con Courtois y Marcao recibiese su segunda tarjeta por una entrada abajo a Bellingham.
Ni ante diez fue capaz el Real Madrid de divertirse, de adueñarse del balón y someter a su rival. Con Vinícius apagado, sin desborde y un disparo blando a las manos de Odysseas, fue Rodrygo el que pidió un protagonismo mayor en los metros finales. Con la confianza resucitada tras aceptar volver a jugar en la derecha para sentirse importante de nuevo. De la nada sacó un disparo rumbo a la escuadra ante el que voló el portero sevillista, aliado de nuevo con la madera.
Y suyo fue el arranque, tras la petición de penalti de Juanlu al ser derribado en área madridista por Fran García, para el colegiado sin fuerza suficiente en la acción, cuando Rodrygo cerró el encuentro. Encaró a Juanlu y fue derribado con claridad para que Mbappé, engañando al portero con su lanzamiento de penalti, y celebrándolo a lo Cristiano Ronaldo, igualase los 59 goles del portugués en un año natural.
El epílogo del partido dejó la enésima parada de Courtois a Alexis, para amargar su noche con un vuelo que dejó al Sevilla sin gol y al Real Madrid en un triunfo sin brillo que invita a la reflexión en el parón navideño. De arriba, los altos cargos, a abajo, los jugadores.
Agencia especializada en el mundo hispanohablante, que vive la pasión del deporte y la riqueza de la cultura. Su pluma ofrece una visión cercana y detallada, conectando las historias con su audiencia de manera concisa.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.