Antoine Griezmann se despachó con un hat-trick para vencer a Celta de visita por 3-0
El jugador francés anotó todos los goles del Atlético, pero el encuentro resultó mucho más difícil de lo esperado.
Bajo el liderazgo del francés Antoine Griezmann, autor de los tres tantos rojiblancos, y una gran solidez defensiva, el Atlético de Madrid despachó al Celta de Vigo, víctima de un grosero error de su portero Iván Villar mediado el primer acto, cuando el marcador estaba 0-0 y su equipo más sometía a los de Simeone.
El plan de Benítez sorprendió al Atlético. Con Óscar Mingueza en el centro del campo y Aspas con espacio por detrás del noruego Larsen, el Celta dominó a su rival, encerrado en su campo esperando su oportunidad. Fueron los mejores 20 minutos del equipo celeste en lo que va de temporada. El joven Larsen hace casi todo bien, salvo en la finalización. Si mejora en ese aspecto, el noruego no tardará en volar de Balaídos.
El Celta generó varias ocasiones, pero no marcó y lo pagó. El Atlético apenas había asustado a Iván Villar con un tiro cruzado de Samu Lino hasta que el portero gallego cometió un monumental error: un centro sin demasiado peligro no fue capaz de sujetarlo, Morata apareció por allí y Villar, intentando enmendar su fallo, lo derribó.
Cuadra Fernández no lo dudó, pese a las protestas locales. Penalti y expulsión. Entró el veterano Vicente Guaita, pero el francés Griezmann no falló. Ni el 0-1 ni la inferioridad celeste cambiaron el guión del duelo. El Celta siguió volcado, y Larsen, tras un gran pase de Aspas, y el internacional español buscaron la igualada sin éxito.
Simeone retocó su equipo en el descanso, y la entrada de Molina y Riquelme dieron otro aire al conjunto rojiblanco, con mayor presencia en la zona de creación. El Celta no traicionó su alma de equipo valiente, y Bamba rozó el empate con un potente disparo que se estrelló en el larguero.
El sueño celeste de arañar algún punto se esfumó poco después tras una genialidad de Griezmann, que se marchó de cuanto rival le salió al cruce para plantarse en el área y superar a Guaita con una pizca de suerte. Ese tanto destrozó al Celta, al que Griezmann tumbó definitivamente minutos después para cerrar su gran noche.