Sor Lucía Caram, la monja ‘rebelde’ a la que Messi comparte sus problemas
Además es escritora, locutora y ha colaborado en programas de televisión
Desde hace 27 años vive en Barcelona, se ha dado a conocer por su “rebeldía”, su participación activa en redes sociales y es una de las pocas personas que puede presumir que platica tanto de temas de futbol, como temas extra cancha con Lionel Messi.
Se trata de Sor Lucía Caram Padilla, una monja de origen argentino de 53 años, conocida por su constante lucha contra la corrupción, sus acciones a favor de la gente necesitada y su afición al equipo donde milita la Pulga, quien ha compartido con ella sus problemas más íntimos: desde sus problemas con la hacienda española, hasta los problemas que le ha tocado enfrentar en la Selección de Argentina.
“De entrada (Messi), pensó: ‘como no soy feliz, me voy y puedo iniciar mi vida en otro sitio’, pero claro, cuando chocas con la realidad, la felicidad es también la familia, los amigos, y eso lo hace terminar de reaccionar. Leo es muy grande por su humildad, pero todos tenemos nuestro punto débil, querer ganar, tener nuevos objetivos”, señaló Caram Padilla en entrevista para diario El Clarín sobre las recientes ganas de Lio por dejar al Barcelona.
“Ahora está con cara seria, pero es un profesional que quiere seguir batiendo récords y de a poco irá mejor con Ronald Koeman, el nuevo entrenador. Leo me dijo en el estacionamiento del estadio que se siente muy argentino y él quiere más que nadie darle a la Argentina un título, ojalá cumpla su sueño.
Sor Lucía Caram, quien tiene actualmente 203 mil seguidores en Twitter, platicó que Messi ha sido una persona abierta con ella para tratar casi cualquier tema, incluso platicando en el estacionamiento del Estadio Camp Nou, lugar que suele visitar con regularidad cuando juega el conjunto catalán.
“Yo había salido a apoyarlo por las redes y él vino a agradecerme. Sus palabras fueron: ‘Gracias porque en el peor momento estuviste a mi lado’. También hablamos profundo cuando amagó con renunciar a la Selección. Lo mismo, le sugerí que si se amargaba tanto y esa presión lo hundía, tenía que dar un paso al costado, pero que si su amor por la celeste y blanca era tan grande, debía volver. Y en ese momento me anticipó que volvía, cuando públicamente todavía no lo había dicho. Recuerdo bien su frase: “Yo siento mucho los colores, me siento muy argentino”, agregó.