Atlante pone 'el otro futbol de la capital' de México
Los Potros de Hierro han recuperado su esencia desde que volvieron a la Ciudad de México.
La Ciudad de México tiene en Atlante una tradición especial, un equipo que si bien durante sus 106 años de historia se mudó en algunas ocasiones de la capital del país, su espíritu y su esencia siguen estando en la Ciudad de México.
En la CDMX hay equipos grandes, acostumbrados a ganar, pero también están los ‘otros’, como el Atlante, que regresó para volver a hacer lo que alguna vez fue: el equipo del pueblo.
Para entender el atlantismo, hay que saber que estás destinado a sufrir, a luchar y a celebrar poco, por eso sus fieles seguidores son distintos a los de otros equipos.
La pasión por el Atlante no se ha perdido a pesar de que está en una liga como la de Expansión, al contrario, en los alrededores del Estadio de la Ciudad de los Deportes hay niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores, estos últimos en muchos casos son los grandes culpables de que los Potros sigan muy vivos.
“Aunque estén abajo, todavía habemos atlantistas de corazón, vengo con mis nietos al estadio y les hemos inculcado el deporte y la afición por el Atlante”, dijo un aficionado que llegó al inmueble acompañado de su hijo y sus nietos.
Quizás hoy sus aficionados no hablan como en antaño de batallas heroicas contra América, Chivas, los más antiguos de aquellos partidos ante España, Asturias, Necaxa o Marte, hoy hablan de duelos contra clubes sin tradición que son nuevos y para muchos hasta desconocidos, pero eso sí, las cuentan con la misma pasión y entrega.
Acudir a un juego de Atlante es ir a un ambiente meramente familiar, alejado por completo de las barras, de cánticos sudamericanos, en el Azulgrana hay porras como lo marca la tradición mexicana y sí, aquí los cánticos son los de antes... el ‘chiquitibun’ y el característico ‘Les guste o no les guste’… sin duda el grito de guerra de esta gente que entiende su pasión de diferente forma.
Para muchos aficionados del Atlante, venir al estadio cobra mucho más valor que para cualquier otro aficionado, ellos vienen por el amor a su equipo porque el resultado desgraciadamente no cobra sentido porque el equipo está en una categoría que no juega nada, pero las decisiones de otros no les arrebata la ilusión de algún día volver a ver a su equipo en la Primera División.