El Bofo se ‘conectó’ con su madre fallecida antes de darle el título a Chivas
El jugador había perdido a su mamá casi un año antes y le dedicó la anotación ante Toluca.
De los pies de Adolfo Bautista salió el gol que le dio a Chivas el título 11 aquella tarde del 10 de diciembre del 2006 ante Toluca, pero desde el cielo llegó la motivación para el Bofo y la voltereta para que el Rebaño se consagrara campeón del Apertura 2006.
En enero de ese mismo año, el jugador de Chivas había recibido un duro golpe con la noticia de la muerte de su mamá, Cristina Herrera, y fue hasta diciembre cuando le pudo regalar la alegría, por lo que el gol del título fue dedicado a ella con un grito en plena celebración, mientras Bautista volteaba al cielo: “¡mamááááá! Tiempo después, el Bofo contó que había tenido una “conexión” con su madre durante el trayecto al Estadio Nemesio Diez.
“Normalmente en el transcurso del hotel al estadio, cuando vamos en el camión, voy rezando o hablando con mi familia y en ese caso iba rezando pero me quedé dormido, pero me conecté con mi mamá”, dijo el Bofo a Mediotiempo en una entrevista en 2016.
“Cada partido se lo dedicaba a ella y eso fue muy especial, porque me conecté con ella y le dije que ese partido se lo dedicaba y que primero Dios íbamos a ser campeones”.
El Bofo tuvo un partido de Vuelta donde mandó un aviso en el que se quedó cerca, hasta que al minuto 69’ recibió un balón de Alberto Medina, y ante la marca de Paulo da Silva y Miguel Almazán, soltó un zurdazo que hizo gritar a los 40 millones de Chivahermanos.
En el festejo, Bofo no dejó llorar, volteó al cielo y agradeció. El detalle no era para menos: ese gol le daba a Chivas el título 11 de su historia y el primero bajo la administración de Jorge Vergara.
“Por eso fue que llegué al estadio con mucha emoción y convencido de que iba a meter un gol. No sabía si íbamos a ser campeones pero iba a meter un gol y dedicado para ella, por eso la reacción que tuve cuando cae el gol, el festejo hacia arriba y sinceramente se me salieron las lágrimas por todo lo que traía encima, al haber perdido a lo que más quería en la vida”, añadió en la entrevista.
Tras el silbatazo final de Armando Archundia hubo más lágrimas, como las de Jorge Vergara, aunque nada tan emotivo como la imagen del Bofo por el sueño que cuenta que tuvo y en el que su madre le hablaba.
“Empecé a platicar con ella, me decía que me quería mucho, que había cumplido mi sueño de jugar, que lo disfrutara, que ella estaba conmigo como diciéndome que era mi ángel”, añadió.
“Fue algo impresionante para mí porque ese transcurso fue muy rápido: el hotel donde nos quedamos estaba lejos del estadio, pero se me hizo un trayecto corto. Incluso todos los compañeros ya habían bajado del camión y me tuvieron que despertar”.