La pelea campal y goleada que despertó el odio entre América y Guadalajara
Fue en la lejana década de 1940 cuando por primera vez los ánimos se elevaron en un encuentro entre América y Guadalajara, el partido que más tarde se convertiría en el Clásico de Clásicos.

El 20 de febrero de 1944 se dio la primera gran goleada y pelea campal en los enfrentamientos entre Guadalajara y América, el gran Clásico de Clásicos. Aquel partido jugado en el mítico Parque Asturias de la capital mexicana, perteneciente a la Liga Mayor de Futbol del Distrito Federal, culminó con un aplastante 7-2 a favor del América, pero el juego fue manchado por una lamentable anécdota: una batalla masiva entre jugadores de ambas escuadras, muestra de que el partido ya tenía tintes de convertirse en una rivalidad deportiva de gran intensidad.
Corría el minuto 30 y el marcador señalaba 2-1 a favor del conjunto capitalino, cuando todo se desató luego de una fortísima entrada de Térile Reyes Sánchez a Scarone, jugador sudamericano del América. Los golpes, empujones e insultos no se hicieron esperar y el Pelón Gutiérrez, compañero de Térile, entró en escena para dar un golpe a Scarone y hacerlo sangrar de la nariz.
A partir de ahí todo se desató en una batalla campaña en la que Caffaratti, compañero de Scarone, devolvió el golpe a Gutiérrez para también provocarle una hemorragia nasal. Otros jugadores como Wintilo Lozano, del Rebaño, y Orvañanos, de las Águilas, también se dedicaron a repartir golpes, llevados por la adrenalina del momento. Tuvo que intervenir la policía para frenar la gresca, la primera que se vivió en encuentro entre Chivas y América.
Orvañanos y Caffaratti, por América, y Lozano y Gutiérrez, por el Chiverío fueron expulsados por el árbitro. Esa fue la primera vez que los ánimos se calentaron a tal grado que americanistas e integrantes del Rebaño se fueron a los golpes, situación que se volvería a repetir en broncas monumentales como las de 1963, 1983 y 1986 (esta última, la más ruda de todas), ambas protagonizadas en el Estadio Azteca.
Pese a los ánimos de odio despertados a partir de la bronca en el ya extinto Parque Asturias, se considera que el nacimiento del Clásico como hoy lo conocemos fue hasta 1959, cuando Fernando Marcos, entrenador en aquel entonces del América, dijo sus famosas palabras: “América no viene a Guadalajara a ganar, eso es rutina. Nosotros venimos para cambiarle el número de su teléfono de larga distancia. Así es que ya lo saben mis amigos: cada que quieran llamar a Guadalajara marquen dos cero, dos cero, dos cero o el 20-20-20. Cortesía del América”.
Así fue como despertó el odio entre el Rebaño y las Águilas.
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