“América vs Cruz Azul son partidos muy encarnizados y apasionados”: Adrián Chávez
En la Temporada 1987-88 El Negro les detuvo penaltis a los cruzazulinos Armando Romero y Agustín Manzo.
En ese debate de las tertulias americanistas, cuando hay que enlistar del uno al diez a los mejores porteros en la historia del club, el nombre de Adrián Chávez es uno que suena con insistencia.
El cancerbero surgido del Atlético Español, recordado por su espectacularidad bajo el travesaño del América, pero también por un capítulo en el que Paulo César Falcao lo mandó al campo como delantero, cuando lucía un look rasta, en esa controversia para ser calificado casi siempre aparece al menos en el top-tres, junto a Guillermo Ochoa o Héctor Miguel Zelada, de quien algunos años fue sombra.
Pero el anecdotario del Negro Chávez, como le gusta que le digan, no se limita, pues entre esa marejada de flashazos, vuelve a la memoria aquella tarde cuando le atajó dos penaltis a Cruz Azul en el Estadio Azteca, en el llamado Clásico Joven. Multicampeón con el Más Odiado y referente, este guardameta se distinguió por ser bueno para romper con los tiros desde los once pasos.
CHÁVEZ, DEL LADO CORRECTO
Temporada 1987-88. Jornada 36. Cruz Azul-América. La Máquina fungía como local aquella tarde en el Coloso de Santa Úrsula y el árbitro, José Antonio Garza y Ochoa, desprendido con el silbato, marcó hasta cuatro penales: tres para La Máquina y uno para las Águilas.
Adrián Camacho había puesto arriba a los de Coapa, marcando el gol 80 en el torneo para su escuadra y luego se vino el pitazo de la primera falta en el área y el show del nazareno viendo todo como infracción.
“Recuerdo que en ese partido quedamos 4-2 y nos marcaron tres penales en contra; el primero me lo anotó Armando Romero (fuerte y angulado), el segundo lo cobró él mismo y recuerdo que me lo tiró otra vez al lado izquierdo y se lo paro; después lo lanzó Agustín Manzo, también a la izquierda y se lo detengo igual, ahora con un manotazo.
“Para mí y para el equipo fue un juego y triunfo grandiosos, y pienso que debe de ser uno de los duelos más espectaculares entre estos dos equipos, seguramente ambas aficiones lo disfrutaron mucho”.
Adrián pasó de villano a héroe, pues luego de fallar en la técnica y permitir el 3-2 de Romero, evitó que el mismo Armando empatara y que Manzo acercara al de La Noria.
La cuarta anotación en ese encuentro, de Carlos Hermosillo, fue un golazo, y el resto de Adrián Camacho, Gonzalo Farfán y Antonio Carlos Santos, este último desde el manchón, para no variar.
Y Chávez, respecto a su lado más ducho para quebrantar estas ejecuciones, revela que “el primer penalti que atajé en Primera División fue tirándome a la derecha, no tenía un lado preferente, porque recuerdo que la Final que perdemos ante Pumas, en la que me anota el golazo el Tuca (Ricardo Ferretti), Luis Flores también lo lanza a mi lado derecho en el partido de Ida y, aunque lo rocé, no pude detenerlo.
“Pero creo que, si hacemos un porcentaje de penaltis tirados, pienso que el 70 por ciento lo cobra al lado izquierdo del arquero, estoy segurísimo”.
“JUEGOS ERAN MUY VIBRANTES”
El mundialista con México en Estados Unidos 94, habla de los ingredientes que cocinaron una rivalidad más en el futbol mexicano: “Se le denomina el Clásico Joven, porque recuerdo que en los 70 empezaron a disputarse partidos muy encarnizados y apasionados; más adelante en los 80 disputamos una Final en la que terminamos Campeones y entonces tomó mayor trascendencia y pique esta rivalidad.
“Estos juegos eran muy vibrantes, era muy difícil que terminaran en cero, eran de muchos goles y los disfrutaba mucho la afición”.
Luego de un nuevo triunfo sobre Cruz Azul en esta Temporada 1987-88, el América se coronó campeón ante Pumas y para el juego de este sábado 30 de abril, el actual hacedor de cancerberos pronostica “1-0, o 2-0 cero en favor de nosotros”.