¡Malaria felina! ¿Jugadores del Atlas se echaron a perder en Tigres?

Édgar Pacheco, Miguel Briseño o Juan Pablo García, llegaron como estrellas en bruto a la UANL, aunque terminaron por irse por la puerta de atrás.

Pacheco es un futbolista con mucha talento / Imago 7

Tigres, que esta noche visita en el Estadio Jalisco al Atlas, para completar el primer partido de su Serie Semifinal del torneo Clausura 2022, en los tiempos de Ricardo Ferretti como su director técnico, gustó de hacerse de futbolistas del rojinegro que tenían madera para ser grandes figuras.

Hugo Ayala y Jorge Torres Nilo, este último, ya como parte de los Diablos Rojos del Toluca, fueron de los elementos más destacados, pero hubo otro tantos, que pasaron de noche, a los que no les cayó bien ponerse la elástica felina, porque se vinieron abajo en sus carreras.

¿‘LA U’, SU GRAN ERROR?

La Academia atlista, como una experta en hacer futbolistas para su venta, con los de la UANL pudo llenar a placer sus arcas, con la venta de algunos de sus elementos más prometedores.

Édgar Pacheco, en 2011, fue adquirido por el conjunto norteño, pero no pasó nada en su paso por el Universitario, pues nunca logró hacerse notar, lo que derivó en que fuera cedido y así se la pasó en el futbol mexicano; ahora es parte del Antigua Guatemala FC.

Para 2012, Hugo Rodríguez el fue objeto del deseo de los felinos y se hicieron de sus servicios, aunque igual resultó en una adquisición fallida, pues no funcionó, fue vendido y ahora juega para el Santos Laguna, luego de probar en otros clubes.

Antonio “El Pollo” Briseño pintaba para buenas cosas, por lo que enseguida le echaron el ojo en el cuadro universitario para ficharlo.

El central tampoco pudo echar raíces en la institución y de igual manera le tocó probar en otros frentes; incluso, jugó en el Feirense de Portugal y ahora es parte de la plantilla de Chivas.

LOQUITO GARCÍA

Juan Pablo García, con hechura de esos ‘10’ de antaño, parecía tener un futuro prometedor, pero su etapa importante fue efímera.

No pasó nada con él en la escuadra norteña, y deambuló en Jaguares, Veracruz y Mérida, aunque optó por colgar los tachones, y luego sufrió con algunas adicciones.


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