'Perdí mi casa en el terremoto de 1985'; la historia de vida de Chiquimarco que no sabías

Detrás de uno de los árbitros más exitosos y populares en la historia del futbol mexicano hay una historia prácticamente desconocida, hasta ahora. Marco Antonio Rodríguez, el famoso Chiquimarco, reveló por primera vez que perdió su domicilio en el sismo de 1985, el más devastador en la historia de nuestro país.

"Yo quedé damnificado por el terremoto de 1985, perdimos nuestra casa, soy de la Ciudad de México y mi papá en ese momento quiso irse de aquí. Fue entonces que nos mudamos a Tepic, Nayarit, y allá inició toda mi carrera en el arbitraje", contó a Toño de Valdés en entrevista para YouTube.

En una Final amateur casi matan a Chiquimarco

Recordado por su aplicación del reglamento a rajatabla y en ocasiones exceso de protagonismo, Chiquimarco casi pierde la vida en los primeros pasos de su carrera porque, por una expulsión, casi le rompen el cráneo con una roca.

"En Nayarit estuvieron a nada de matarme en una Final de futbol amateur, un partido que de verdad paraliza al estado. Una semana antes, en una Final de Liga, expulso a un jugador que fue a golpearse con un tubo en la cabeza. A la siguiente semana me lo vuelvo a encontrar, pero en otro torneo y viendo su reacción la semana previa le arbitré diferente. Hizo un golpe violento y le mostré amarilla, pero advirtiéndole que otro igual y se iba. De pronto hace otra y que lo echo", rememoró.

"Mi error fue voltearme, la cicatriz que tengo en la boca fue porque me dio un golpe, caí de nuca noqueado. Compañeros de campos anexos paran el juego para ir a rescatarme, el jugador agarra una piedra y me la arroja a la cabeza, afortunadamente logré esquivarla porque si no, me mata. Lo denuncié penalmente, lo íbamos a meter a la cárcel, pero como me venía de regreso a CDMX a estudiar en la Escuela Superior de Educación Física y no quería represalias contra mi familia".

A Chiquimarco lo apedrearon en un camión de redilas

También en sus tiempos como árbitro amateur en Nayarit, el tres veces mundialista recordó que desde un cerro le arrojaron rocas por haber pitado la derrota de un equipo local en la zona de Puerto Vallarta.

"El equipo local perdió y los visitantes me dijeron: 'Señor árbitro, acabamos de escuchar que se lo van a acabar, no se quede y súbase a nuestra camioneta'. Yo siempre procuré que no se viera ningún tipo de relación con los jugadores, pero algo ese día me dijo que debía irme con ellos. Iba en un camión de redilas y desde un cerro nos empezaron a arrojar piedras, nos tapábamos con mochilas y chamarras, pero logramos salir".