'Tuve tumor cerebral y Atlante dejó de pagar mi seguro'; la historia de Christian Romero
Christian Romero debutó con el Atlante en 2006 y poco después sufrió un tumor cerebral, pero el club se deslindó porque jugaba a préstamo en Colima.
Hace 15 años libró la batalla más dura de su vida en un quirófano tras encontrársele un tumor cerebral, pero más allá de encontrar el apoyo de su equipo de futbol para poder hacer frente al problema de salud, Christian Romero contó que el Atlante se deslindó de los gastos argumentando que no habían renovado su seguro médico porque jugaba a préstamo en su filial.
Surgido de las básicas de los Potros de Hierro, fue René Isidoro García quien le dio la oportunidad de debutar en Primera División en el Apertura 2006 a los 20 años tras ser desechado por otros técnicos como José Guadalupe Cruz y Manuel Negrete, pero para su mala suerte solamente disputó un partido, 31 minutos para ser preciso y eso fue todo.
"Pepe Cruz me mandó a la filial de Primera A que estaba en Colima y estando allá, como a los dos o tres meses, comencé a sentirme muy mal, con dolores de cabeza a diario, todo el tiempo. Siendo chavo creía que no me pasaba nada, en los entrenamientos me acercaba al doctor para decirle de mi problema y me decía que era migraña. Como a las tres semanas se me empezó a cerrar el ojo y no lo podía mover", platicó Romero al Werevertumorro en el podcast Muy Fuera de Lugar.
Tomando incluso con humor su problema porque decía verse "como un camaleón", Christian Romero fue empeorando hasta que el club colimense le pidió ir al médico porque con su aspecto era imposible dejarlo ejercitarse.
"Un día me vieron tan mal que me prohibieron entrenar, además de mi problema en el ojo y los dolores de cabeza, perdí peso. Me mandaron a hacerme una tomografía y encontraron mucho líquido en el cerebro, me dijeron que era necesaria una operación urgente y fue que volví a la CDMX para eso porque aquí están los mejores hospitales", recordó.
'Atlante no renovó mi seguro y yo con un tumor'
Sin saber a ciencia cierta aún qué problema de salud le aquejaba, Romero se comunicó con Real Colima para aplicar el seguro médico, sin embargo, ese equipo "le echó la bolita" al Atlante, que a su vez le dijo al jugador "ya ni modo" porque había vencido.
"En aquel momento llamé a Colima para informar al equipo mi situación y reclamar el seguro. Todos los jugadores deben tener un seguro médico pagado por el club, pero me dijeron que eso debía resolverlo con Atlante porque pertenecía a ellos. Me comunico al Atlante y me dicen que no renovaron mi seguro, que ni modo, que no había nada que hacer (...) Poquito después fue que me dijeron en el hospital que lo mío era un tumor cerebral que obstruía el paso del líquido y me lo tenían que sacar".
Debíamos 150 mil pesos solo de hospital: Romero
La situación económica era apremiante para el entonces futbolista, ya que la cuenta de hospital era de seis dígitos, aunque por su condición él no pudo hacerse cargo del reclamo a los Potros de Hierro y fueron sus padres los que absorbieron toda la carga.
"Yo para ese momento estaba totalmente sedado, no podía más. Mis papás eran los que peleaban con Atlante el tema del seguro y fue muy desgastante, de puro hospital fueron como 150 mil pesos en aquel momento, te hablo de hace 15 años (...) Antes de entrar a quirófano me dijeron que no volvería a jugar futbol, incluso había la posibilidad de no salir de la operación. Literalmente me abrieron el cerebro porque el tumor estaba atrás del ojo", expuso.
Aunque los Azulgranas seguían sin asumir su responsabilidad, no fue sino hasta que la familia de Christian Romero amenazó con ventilar todo en los medios de comunicación que la institución "a regañadientes" le devolvió parte del dinero gastado.
"En un principio Atlante se mantuvo con el hecho de que no renovaron el seguro, creyeron que mis papás no iban a hacer nada, pero les respondieron que iban a demandar y sacar el tema con la prensa. El club fue entonces que pidió facturar lo más posible para hacerme el reembolso, pero pasaron varios meses. Al final sí me regresaron lo facturado, aunque no fue todo lo que se gastó en mi cirugía", dijo.
Durante las ocho horas que pasó en el quirófano solamente lograron extirparle la mitad del tumor, ya que la otra parte estaba muy adherida al ojo y corría riesgo de perderlo. Los médicos aseguraron que con quimioterapia quedaría resuelto y así fue, aunque la experiencia fue traumatizante para Romero porque padeció de ascos a tal grado que su misma saliva le producía vómito.
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