Cruz Azul se ampara en la dupla Santi-Cabecita para vencer a FC Juárez
Jonathan Rodríguez y Santi Giménez se combinaron en dos goles que el mexicano le sirvió al uruguayo para sentenciar a uno Bravos que ya no reaccionaron.
Juventud y experiencia, la dupla de un extranjero y un mexicano parece ser la respuesta para un Cruz Azul ansioso de goles, triunfos y alegrías. Esta noche, La Máquina regresó al Estadio Azteca para recibir a FC Juárez, que si bien le metió un susto tempranero a los locales, Santiago Giménez y Jonathan Rodríguez comandaron el ataque para una voltereta, de esas a las que los celestes empiezan a entender y disfrutar.
Con apenas un minuto en el marcador, los fronterizos dominaron gracias a la anotación de Darío Lezcano, quien aprovechó un saque de banda a favor y la pésima marca de Rafael Baca.
Los celestes no cedieron y se dieron a la tarea de buscar oportunidades, una de ellas desperdiciadas por el mismo Santi, pero solo era cuestión de tiempo. El empate vino de la mano de otra pareja de buen entendimiento, Luis Romo y Yoshimar Yotún, el peruano cerró una pinza originada por el mexicano. Minutos después, Yoshi tuvo que dejar el campo por lesión y en su lugar entró Misael Domínguez.
La Máquina ya estaba encaminada con el 1-1 para solo rearmar la estrategia en el medio tiempo. El mensaje fue claro y al minuto 48 apareció la dupla goleadora: Giménez-Rodríguez. Un pase largo que logra recuperar Santi para entrar al área, pero en lugar de encarar, decidió retrasar el servicio a la llegada perfecta del uruguayo, quien solo definió y venció en el fondo a Iván Vázquez Mellado.
Misma dosis para el 3-1, contragolpe cementero con un balón largo que el canterano cementero controló y condujo hasta el área sin ninguna marca, por lo que decidió dar un pase para que el Cabecita firmara el segundo en su cuenta personal.
La tarea estaba hecha, Santi salió del campo y en su lugar entró Elías Hernández. En la recta final, Juárez presionó con el gol de Gustavo Velázquez, pero sin tiempo para conseguir la igualdad. Sin más, el juego finalizó en medio de una tormenta, pero con los tres puntos en el bolsillo de Cruz Azul en busca de recomponer el camino tras perder el invicto de 18 partidos sin perder a media semana ante Querétaro.