El día que Oribe y Darwin dejaron 'mudo' al Azteca
En marzo de 2014 Santos llegaba a la CDMX intentando sacarle 3 puntos al América en casa, algo que fue posible gracias, en gran parte al colombiano y al mexicano.
En 2014 Oribe Peralta era uno de los delanteros mexicanos de moda y no era para menos, ya que dos años antes había hecho un doblete contra Brasil para darle la medalla de Oro en Londres 2012 a la Selección Mexicana. Sin embargo, en Liga MX buscaba conseguir más títulos, por lo que su hambre de gol no cesó en un buen tiempo.
Llegó marzo, la décima jornada del torneo local y el Santos llegaba al Estadio Azteca con la intención de sumar de a tres para aspirar a la Liguilla. América en casa siempre ha sido un rival difícil y aquel día no fue la excepción.
Los primeros diez minutos del encuentro fueron para el conjunto azulcrema, que ya había logrado perforar la meta de Oswaldo Sánchez en dos ocasiones, gracias a Rubens Sambueza y Antonio Ríos, quienes aprovecharon el mal parado de los visitantes para ponerse al frente en el marcador. El encuentro pintaba para goleada, pero Santos cambió el ritmo y nadie lo pudo parar.
Comenzó a caer el Águila
Corría el minuto 34 y Darwin y Oribe comenzaron la masterclass. El colombiano se inventó una pared con Peralta, entró al área y disparó cruzado para derrotar a Moi Muñoz. La fiesta había iniciado.
Después de un buen regaño de Caixinha, los albiverdes siguieron atacando en el segundo tiempo y al 52 Andrés Rentería se inventó un golazo. Vio el espacio y tiró un cañonazo a primer poste, imposible para Muñoz. El empate estaba firmado.
El show de Darwin y Oribe
El encuentro se mantuvo empatado 30 minutos, hasta que otra vez la dupla Darwin-Oribe hizo de las suyas. Quintero le cedió de cabeza a Peralta, que se quitó a dos con una ruleta a lo Zidane para quedar solo, disparar de derecha y subir el 2-3 al marcador. El Azteca enmudeció.
Para el 88 América se había volcado totalmente arriba, así que Santos hacía mucho daño al contragolpe y el 'científico del gol' volvió a 'bailar' sobre el área águila. Enganchó, salió por fuera, se llevó a Aldrete y el lateral le hizo falta. Penal para Santos, que buscaba terminar cómodamente la faena.
El penal se lo quedó el que nunca fallaba, el Chato Rodríguez con su mítica 58 en la espalda. Rodríguez se perfiló, dio unos pasos hacia atrás y definió con categoría hacia el lado izquierdo. Silencio total en el Azteca.
Si bien Peralta y Darwin no hicieron todos los goles, le hicieron la vida imposible al América, que años después decidiría no seguir sufriendo y prefirió fichar a ambos.
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La presión es de 3 equipos… y adentro lo reconocen Desde el Ángel