'Aguinaga no va al América, es una orden'; el decreto de Zedillo para ayudar al Necaxa
El que fuera presidente de México entre 1994 y 2000 decretó que "Aguinaga no se iba" del Necaxa, equipo del que era seguidor confeso.
Es uno de los mejores extranjeros que llegó al futbol mexicano, marcó época con el Necaxa para hacerle el Equipo de la Década de los 90 y muy cerca estuvo de fichar con el América -entonces ambos clubes del mismo dueño-, sin embargo, el mismísimo Presidente de la República ordenó que Alex Aguinaga no saliera de los Rayos.
De 1994 al 2000, Ernesto Zedillo Ponce de León fue el presidente de México y era un confeso seguidor del Necaxa, que justo por aquellos años vivió sus mejores épocas con Aguinaga como estandarte, acompañado de otros inolvidables jugadores como Sergio Zárate, Alberto García Aspe, Ivo Basay y Ricardo Peláez; la mayoría después vistieron la camiseta azulcrema, pero a Alex se lo prohibió el mandamás de la nación.
"Salimos campeones en el 98, fuimos de visita a Los Pinos y ahí el presidente dijo: 'No se mueve Alex Aguinaga para allá (al América)'. Yo era una figura muy importante del equipo y era muy complicado que saliera o cambiara", contó el exfutbolista a Milenio.
"Cuando se dio esa opción, ahí en Los Pinos habló el presidente Ernesto Zedillo con Alejandro Burillo, que era el presidente de los tres equipos: América, Necaxa y Atlante, y le dijo que podía mover lo que quisiera, pero que Alex Aguinaga se quedaba en Necaxa. Fue cuando le decían al Güero: 'Es una orden presidencial, entonces eso se queda así'. Así fue y me quedé en Necaxa todo el tiempo hasta que terminó mi estadía ahí", añadió quien tras dejar a los Rayos fichó con Cruz Azul.
'Televisa siempre nos vio como menos que el América'
En esos años era muy común ver a los jugadores más destacados del Necaxa pasarse al América, mientras que aquellos que no encajaban en las Águilas eran "aventados" a los Rayos, algo que a Aguinaga siempre le hirvió en la sangre, por eso pese a que ambos pertenecían a Emilio Azcárraga, en el plantel necaxista sabían que siempre había que ganarle a los azulcremas para que los voltearan a ver.
"En la parte económica éramos vistos de manera diferente por la misma empresa. El América tenía patrocinadores, iba al estadio más gente a verlo. Aunque no éramos el hermano favorito, cada vez que enfrentamos al América queríamos ganarles y queríamos ser mejores, sabíamos que podíamos hacerlo, teníamos el plantel para hacerlo. Pensamos siempre en ganar todos los partidos, con América como el número uno porque era de la misma casa y también queríamos que nos voltearan a ver a nosotros con mayor respeto", apuntó.
'Todo era para el América, dinero, premios... Todo'
Si bien en los años 90 el Necaxa fue una máquina de futbol, mientras el América no ganó un solo título, la popularidad de los de Coapa y su tradición les hacía ser los consentidos de Azcárraga.
"En todos los aspectos había diferencia en el trato, en salario y premios, obviamente América tenía premios mucho más importantes que los que nosotros teníamos, pero era lógico; no hay que ser un genio para utilizar las matemáticas, si nosotros metíamos 10, 15 o 25 mil personas al Azteca y América metía 60, 70 u 80 mil, entonces era una cuestión de números y era lógico que el apoyo iba a ser más para el América", señaló Aguinaga, quien actualmente trabaja como analista en Fox Sports.