¡Histórico portero! Escribió su nombre en un Clásico Regio y fue clave para Nahuel Guzmán
Vicente Munguía fue arquero y entrenador de porteros de Tigres.
La edición 128 del Clásico Regio está por jugarse, un derbi que tiene mucha historia y en esas páginas se puede leer el nombre de un portero al que sólo le bastó jugar un duelo norteño para ser inolvidable; además, de que décadas después se convirtiera en un maestro para Nahuel Guzmán.
Se trata de Vicente Munguía, quien como jugador activo fue arquero en varias instituciones, entre ellas Tigres, con quien le tocó jugar el Clásico Regio 33, el único en el que le tocó actuar, pero suficiente para quedar escrito en la historia, pues hoy destaca como el segundo guardameta en haber atajado una pena máxima en estos duelos fraternales.
Ocurrió el 7 de mayo de 1988, aunque de poco sirvió la atajada al tiro de Francisco Romero, pues Monterrey se llevó el triunfo 2-1.
Sin embargo, le sirvió a Munguía para borrar su error, puesto que él había sido el autor de la falta por la que se sancionó desde los 11 pasos.
“Solo tuve la oportunidad de jugar un clásico, jugamos en el Tec, realmente es mucha emoción, la rivalidad que hay entre los dos equipos, me toca atajar un penal… yo le cometí el penal, Pancho Romero es el encargado de tirarlo, sabía que los tiraba al centro, fue una emoción muy grande, creo que en esa jugada empecé a saltar de emoción, perdimos el partido”, relató Munguía a mediotiempo.
“Como cuando cometes un error, te pasan muchas cosas en la cabeza, el verdugo eres tú mismo, te sientes muy mal, pero sabes que tienes que cambiar el chip para tratar de remediar la situación, afortunadamente lo detuve, fue una sensación muy padre, no sabía que era el segundo portero”, agregó.
El primer portero en parar un penal en un Clásico Regio fue Mateo Bravo, precisamente ante el mismo jugador rival, Romero, en el Clásico 22; después el tercero gue Hugo Salazar, también de Tigres en la edición 37 a Missael Espinoza; otros que le siguieron fueron de Rayados: Tirzo Carpizo, Rubén Ruiz Díaz, Israel Ligo, Omar Ortiz, Ricardo Martínez, Christian Martínez y Juan de Dios Ibarra.
Pasaron 26 años para que otro arquero de Tigres lograra atajar un penal, fue Nahuel Guzmán, quien tenía como profe a Munguía; lo hizo el Patón en el Clásico Regio 108, y por doble ración, puesto que le atajó a Dorlan Pabón y a Rogelio Funes Mori en el mismo duelo, manteniendo la ventaja de los Cuartos de Final del Clausura 2016.
“Ahora con todos los datos que se llevan, los gráficos, llevamos cierta ventaja (los porteros), ya tenemos un patrón… el mérito es completamente del arquero, sí teníamos estudiados los penales, teníamos bien estudiados, fueron dos penales… aparte de la inteligencia deportiva, depende del portero, Nahuel es un magnífico arquero…
Nahuel es un maestro en presionar al rival, él trata de meterle presión, de hacer un poco de tiempo, es un tipo que saben para penales y es un portero muy grande, sí te impone”, comentó.
De incógnito…
Munguía recordó que cuando antes se podía estar detrás de la portería, se hacía pasar como prensa y así podía estar cerca del arco, por si su portero lo necesitaba, aunque procuraba no distraerlos.
“A veces me permitían estar ahí detrás, a veces me metía como prensa para estar ahí, después ya no se permitía; se revisaba una gráfica, le mandábamos videos de dónde los tiraban, de acuerdo de la posición en la que estaban, teníamos de cinco a siete penales donde tiraban, hacíamos una gráfica, de cinco tiró tantos acá, tantos por acá”, recordó.
De la cancha a la poesía
Munguía no sólo destacó como jugador, también por su escritura, pues comenzó a dedicar su tiempo desde adolescente a escribir poesía, reflexiones, y hoy ya cuenta con cuatro libros.
‘Algo más, reflexiones de un arquero’ (2021), ‘Donde el corazón latió más fuerte’ ( 2019), ‘La poesía de superarte’ (2017) y el primero que fue ‘Te confieso’ en 2015; ahora, tras salir de Tigres retomó su profesión de abogado.