La expedición de un aficionado al colegio inglés del que Atlas obtuvo sus colores

El rojo y el negro que utiliza la Academia provino del Ampleforth College, un rincón con magia que se parece a Hogwarts y en el que se venera al mártir católico San Lorenzo.

Grupo de estudiantes en el Ampleforth College. (FOTO: Cortesía mediotiempo)

Liderados por Juan José “Lico” Cortina, un grupo de jóvenes acaudalados de la ciudad de Guadalajara decidió fundar en el año 1916 un club de futbol; sucedió en las charlas que sostenían en el Café Rimans, alentados por esa cultura deportiva que trajeron de diversas latitudes, especialmente de Inglaterra.

¿Cómo surgió el Atlas? Historia

Inspirado en la mitología griega, “Lico” llamó al equipo “Atlas” en alusión al titán que sostiene al mundo en los hombros. Con el paso de los días también se encargó de delinear el escudo, junto a su amigo Carlos Stahl, quien estilizó una letra A. Entonces, los hermanos Ernesto, Tomás y Rafael Orendain se les ocurrió usar los colores rojo y negro, porque los vistieron en sus años de estudiantes en el Ampleforth College de Inglaterra.


Esa breve historia de la fundación del club suele ser bien reconocida entre los aficionados rojinegros, aunque hubo uno que no se conformó con lo documentado, por lo que emprendió una expedición que lo llevó al condado de Yorkshire, para hurgar los archivos y recorrer los rincones de Ampleforth.

“Fue a partir de ese supuesto que dije ‘un día tengo que ir ahí’. Preguntaba a los demás atlistas cómo era el lugar, qué tanto hay ahí, cuál es el contexto de ese lugar y no me sabían decir, porque realmente no había mayor información. De por sí, la local era difícil de encontrar y la internacional todavía más”, relató Willy Sepúlveda a mediotiempo.

Un lugar con magia, como Hogwarts

Para quienes conocen la literatura de Harry Potter, realizar un viaje como el que hizo Willy no tendría precio, ya que las semejanzas son muchas entre la vida en dicha institución educativa y la obra de J. K. Rowling, en la que las casas, escudos, colores e incluso el recuerdo de un viejo tren, que era la única vía de entrada, hacen que la imaginación vuele.


“De pronto veía los castillos, los pastizales y las edificaciones; le digo a Fray Terrence (rector del colegio): me va a dispensar, pero me siento como si estuviera en Hogwarts, el colegio de magia y hechicería”, recordó; ‘Es curioso, porque una prima cercana de J. K. Rowling estudió aquí, y hasta hace poco había una línea de tren que llegaba solo a Ampleforth’, le respondió el anfitrión”.


Rememora que llegó temprano un domingo, justo a tiempo para presenciar una misa cargada de misticismo y con elementos culturales que no ha encontrado en otros sitios, lo que sirvió de punto de salida de una jornada en la que el Atlas estuvo presente en cada charla que sostuvo, siendo la más especial la que tuvo con el rector del colegio, en la cual los nombres de los hermanos Orendain saltaron de inmediato.

¿Qué es eso del Atlas? Entiendo que hay un parentesco o afinidad”, se le cuestionó a Willy, quien aseguró que había alguna noción en la institución educativa de la existencia del equipo tapatío, gracias a Ernesto, Tomás y Rafael, quienes estudiaron entre 1908 y 1912 (tenían 7 y 12 años). Ahí fue donde conocieron el futbol y de donde tomaron los colores para el ahora bicampeón mexicano.

San Lorenzo, una vida de dolor y fidelidad

En la plática con Fray Terrence, Sepúlveda le detalló el largo historial de sufrimiento del equipo y la fidelidad de su afición, a pesar de las pocas alegrías que le daba, lo que sirvió al religioso para relacionarlo con la propia historia de Ampleforth, la cual siempre ha estado ligada a San Lorenzo, personaje de la iglesia católica que murió martirizado sobre una parrilla al defender su religión.

“Eso le llamó mucho la atención, porque al final los colores de Ampleforth fueron tomados de San Lorenzo, recordando que vivió la persecución de su religión, de la cual decían que no podías profesarte seguidor de Cristo, porque si hacías eso y te escuchaban te iban a encarcelar, torturar o matar, y lo que le hicieron a San Lorenzo fue llevarlo a una parrilla, tal cual, y lo empezaron a sacar al fuego. Tenía la oportunidad de alejarse de eso, si decía que se arrepentía. Él únicamente lo que alcanzó a decir fue ‘voltéenme, porque de este lado no estoy cocido’.

“Se nos hizo un hecho tan curioso a Fray Terrence y a mí que tomáramos el rojo y el negro, a partir del reconocimiento del amor a través del dolor”.

Sirvió para acercar a ambas instituciones

La visita no solo regaló datos para cubrir un hueco en la historia del Atlas, sino que también ayudó a que se diera un acercamiento con el colegio inglés, con el cual han intercambiado algunas publicaciones; sobresalen las que se dieron en el centenario del club en el año 2016 y recientemente en el título del Apertura 2021.

“Sé que, a partir de esta visita se fortalecieron mucho los lazos, claramente el club comenzó a tener mayores consideraciones, empezaron a hacer intercambio de tuits oficiales. Se ha hecho un fortalecimiento bastante lindo y me gustaría que Atlas llegara a jugar en las instalaciones de Ampleforth”, concluyó Sepúlveda, el aventurero que unió aún más dos historias ligadas al cariño, la fe y el sufrimiento.

  • Eduardo Domínguez
  • Reportero-redactor. Egresado UNAM. Llegué a Mediotiempo en 2019.
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